19 años después de su lanzamiento original en PlayStation 2, Atlus rescata de su catálogo el juego de interminable título Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Raidou Kuzunoha vs. the Soulless Army y lo moderniza para PlayStation 4 y 5, Nintendo Switch 1 y 2, Steam y Xbox Series X|S y lo rebautiza como Raidou Remastered: The Mystery of The Soulless Army en lo que se puede entender como una declaración de intenciones de la propia Atlus respecto al juego: Fidelidad a la aventura original, pero ofreciendo una experiencia más accesible para el público actual.
Vástago de Shin Megami Tensei, como Soul Hackers o Persona, Raidou tiene la particularidad de presentarse como un rpg de acción, es decir, los combates son en tiempo real, no por turnos. Este aspecto, clave para la jugabilidad, supone el principal sello de identidad de un título, así como un importante filtro de cara a nuevos jugadores. ¿Buscáis una experiencia similar a los Persona o Shin Megami? Olvidad Raidou. ¿Disfrutáis de la adrenalina de los combates directos? Dadle una oportunidad.
Aunque independientes, dentro de la intrincada mitología que envuelve a Shin Megami Tensei, Raidou podría entenderse (Atlus -que sepamos- no lo ha confirmado nunca de manera oficial) como una precuela espiritual del primer Devil Summoner y de Soul Hackers, pues comparten cierto legado histórico marcado por las diferentes épocas en las que se ambientan sus respectivas historias, aspecto que se ilustra en la figura de los Kuzunoha, protagonista en el juego que nos ocupa, mencionado como figura mítica en Soul Hackers.
Suposiciones, hipótesis y teorías al margen, vaya por delante que Raidou Remastered se disfruta y se vive como una aventura independiente. No requerimos de ninguna información externa para abordarla. Y así es como, dándole nombre a nuestro protagonista (aunque luego se le conocerá como Raidou Kuzunoha XIV), nos sumergimos en un Japón fantástico sacado de las primeras décadas del siglo XX en el que, a partir de la investigación de un misterioso secuestro, iremos desentrañando toda una conspiración en el que el mundo terrenal y el inframundo nos pondrán las más difíciles pruebas.
Hay así dos vertientes claves en la propuesta: una detectivesca y otra de acción. Y en ambas los demonios serán no solo nuestros enemigos, sino nuestra principal herramienta. De una parte, en las fases de investigación en la que se va desarrollando el argumento, tendremos la posibilidad de usar a los demonios que hayamos ido reclutando (en una mécanica infinitamente más simplificada que la de Persona, por ejemplo) para activar ciertos comandos que modificarán las respuestas de aquellos npc con los que interactuemos. Las hay tipo leer la mente para saber qué piensan realmente o también otras que azuzan a nuestros interrogados a actuar con más vehemencia.
También podremos explorar ciertos escenarios inaccesibles para nosotros gracias a esta demoníaca ayuda u obtener objetos y recursos de forma aleatoria. Hay, además, como en la saga Persona, opciones de fusión, un bestiario o registro, subidas de nivel y adquisición de habilidades… En este sentido los demonios tienen una estimable utilidad en la faceta narrativa de la propuesta, no limitándose solo a la vertiente de la acción. Esta, como podéis imaginar, implica que los demonios (dos a la vez) nos acompañarán durante los combates. Y aunque no los utilicemos directamente (bastante tenemos con controlar a nuestro personaje), sí que podemos dar ciertas órdenes o directrices para que se comporten de una u otra forma durante las batallas, teniendo en cuenta también sinergias y fortalezas/debilidades. Lo habitual en este tipo de propuestas en las que usamos a un único personaje de manera activa.
Rondando el medio centenar de horas (más o menos dependiendo de vuestras ansias completistas) Raidou se presenta con cinco niveles de dificultad (uno desbloqueable al acabar la primera partida), siendo lo aconsejable optar por el modo Investigador (normal), pues los dos primeros resultan extremadamente fáciles.
¿Y qué propone esta remasterización en concreto? Más allá de la evidente oportunidad de descubrir (o redescubrir) una de esas joyas ocultas que ofrece el catálogo de Atlus y que demuestra que la compañía es mucho más que la mediática saga Persona. Así, nos encontramos con todo un lavado de cara a nivel gráfico. No tiene la apariencia más puntera, pero tampoco es la intención del juego; no olvidemos que estamos ante un remaster, no un remake o un reboot. En este sentido es de alabar el buen acabado visual de la propuesta, bien acompañado, además, de un doblaje integral para la historia principal (en inglés y japonés) y traducción al castellano.
Hay también mejoras y cambios en el sistema de combate y el sistema de fusiones, aspectos ampliados respecto a la versión de 2006 y hay, sobre todo, mucha calidad de vida. Esta se concreta en opciones de guardado rápido en cualquier momento, eliminación de los encuentros aleatorios, marcadores de objetivos y posibilidad de revisar el avance de los casos… cuestiones, muchas de ellas, que a día de hoy parecen básicas, pero que no hace tanto eran una excepción cuando se incluían. Lo que nos lleva a esos puntos que desnudan la edad de Raidou. En algunos aspectos como las cámaras fijas de los escenarios, la arcaica interacción de los mapas o ciertas opciones dispuestas de manera muy poco intuitivas en los menú, se notan las dos décadas que tiene encima el juego.
En general, Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army es una estimable propuesta que juega con la nostalgia, pero que también ofrece una mirada diferente a Atlus y sus modos, porque la sombra de Persona es alargada y siempre tendemos a comparar sus trabajos con esa saga en concreto.
Analizada la versión de PlayStation 5




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