Creo que alguna vez ya he dicho que no soy demasiado fan de los diferentes remakes que se han ido haciendo a lo largo de los últimos años. Unos remakes que, muchas veces, más que aportar cosas nuevas simplemente eran el mismo juego, pero con gráficos de nueva generación y que, en lo jugable, no cambiaban nada. Pero lo cierto es que tengo que reconocer que en el ámbito del survival horror los diferentes remakes que han ido saliendo han sido muy buenos como, por ejemplo, la saga Resident Evil o Dead Space, juegos que han conseguido que nuevas generaciones se acerquen a ellos. Pero había uno que todos los fans teníamos miedo cuando lo anunciaran. Por mi parte tengo que reconocer que siempre fui más de Silent Hill que de Resident Evil, aunque me juegue los dos, pero las sensaciones que me trasmitía la obra de Konami eran de terror puro. Silent Hill 2 fue la cúspide de los survival horror hace ya casi veinticinco años, ahora, Bloober Team y Konami han decidido darle un lavado de cara a una obra maestra que no ha perdido un ápice de esa maestría, es más, es mejor en todo al juego original. Un juego que marcó un antes y un después en la industria que ahora vuelve a para marcarlo de nuevo.
Silent Hill 2 aterrizó en una época donde la narrativa de los videojuegos comenzaba a despuntar, ya no solo eran videojuegos que nos entretenían durante unas horas y todos felices. No. Ya comenzaba a tratarse temas realmente importantes y que, posiblemente, muchos de los que los jugamos en su momento no fuimos capaces de darnos cuenta de ello. Silent Hill era uno de esos. Posiblemente muchos los que jugamos en 2001 dijéramos aquellos de “que miedo pasé en esta zona” o “¿Te acuerdas de que guapo estaba el diseño de PyramidHead?”. Éramos jugadores que posiblemente estaban viendo una historia realmente desgarradora pero no éramos capaces de darnos cuenta de ello. Y también pasaba con el diseño de los personajes o los enemigos, que tenían todos y cada uno de ellos connotaciones sexuales, pero nosotros solo veíamos un trozo de carne. Ahora, jugándolo de nuevo, y viendo que han respetado al cien por cien el juego original, podemos darnos cuenta de la profunda carga psicológica que tenía el juego, como hablaba de los abusos, de las adicciones, del suicidio y de la condición humana, todo ello sin perder de vista en ningún momento el terror. Y ahora ya no vemos a los enemigos como cachos de carne, sino como las imágenes que atormentan a James y que nos van describiendo que tipo de hombre es.
Pero donde realmente había que ver si realmente habían innovado en el juego o simplemente era el mismo juego con un lavado de cara era en la jugabilidad. Y tengo que reconocer que el trabajo que se ha hecho es increíble. Silent Hill 2 Remake no solo ya no se siente tosco, sino que ha heredado la cámara detrás del hombro para mejorar la movilidad, la acción y tener mucho más cerca la visión del enemigo. También con ello se consigue mucho mejor inmersión en lo que es la atmósfera, pues no ves realmente lo que tienes delante de ti. Y es que la atmósfera siempre ha sido la clave de Silent Hill, una atmósfera opresiva, llena de niebla y que nos sabías que te ibas a encontrar delante de ti. A todo esto, también ayudó el uso de una radio que nos indicaba, son sus interferencias, que había enemigos cerca, haciendo que nuestro miedo fuera en aumento al no saber realmente donde estaba el enemigo, simplemente escuchar ese sonido y rezar para que no estuviera escondido detrás de una esquina. Y es que el sonido en este remake es también una de las partes importantes, y creo que es lo que más puede contribuir a que una obra de terror destaque por encima del resto, pues nos hace meternos más en la propuesta del terror. El crujir de la madera, escuchar los pasos de los enemigos cerca, los gemidos, el viento… todo hace que se nos ericen los pelos.
Pero donde creo que han hecho más hincapié ha sido en la acción. Es cierto que Silent Hill 2 es una obra donde la acción está presente, pero no es la mecánica principal, sino que está ahí para que la usemos. Pero es cierto que, gracias a la colocación de la cámara al hombro, del mejor movimiento de James, la esquiva y que los enemigos no se van a quedar quietos a que les disparemos, hacen que el combate cambie por completo. Y esto también se nota en los enfrentamientos contras los jefes del juego. Antes todo se desarrollaba en habitaciones pequeñas, donde tenías que correr de un lado a otro, pararte y disparar, volver a correr y rezar para que la vida del enemigo fuera disminuyendo. Ahora los espacios se han abierto, han mejorado la iluminación y con la esquiva todo gana enteros. El diseño de los jefes se mantiene más o menos fiel, alguno ha sufrido cambios, pero todos se sienten satisfactorios. Es una delicia ahora enfrentarte a Pyramid Head y saber que no hace falta ir de una esquina a otra para evitar su espada, sino que podemos correr, esquivar y refugiarnos tras algunos obstáculos.
En cuanto a la música, sigue siendo increíblemente buena y consigue su función de meternos de lleno en la propuesta. Escuchar temas clásicos del juego original, con alguna modificación, es una delicia. Al igual que la historia de los diferentes personajes secundarios. Con la mejora gráfica las expresiones, los sentimientos de los mismo relucen mucho mejor que antes, y eso que en 2001 ya eran increíbles, pero estamos hablando de casi fotorrealismo en la actualidad. Ángela, Laura, Eddy… todos sigue siendo personajes memorables, personajes con una personalidad única y que hacen de Silent Hill 2 Remake una obra de arte. Posiblemente sea uno de los mejores remakes que se han hecho nunca, y eso que había miedo de lo que Bloober Team fuera hacer, pero han conseguido callas bocas y regalar a los fans, y quiénes se enfrenten por primera vez a las calles de Silent Hill, una auténtica obra maestra.
Analizada la versión de PlayStation 5.
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