No soy nada de shooters. Es un género que respeto porque sé que tiene muchos aficionados en el mundo de los videojuegos, pero es un género que muchas veces parece que visto uno, vistos todos. Windfolk, un juego desarrollado por un estudio español y ayudado por PS Talents, es un shooter que podría haber sido igual que todos los shooter genéricos, pero que intenta hacer cosas distintas y le salen medianamente bien. Se nota que es un juego que quiere ser ambicioso, que quiere innovar y que no todo le sale bien, pero consigue entretener en las horas que dura, que tampoco son muchas, pero donde no deja que el jugador se aburra en ningún momento. Windfolk es un juego más que recomendable, un juego que deja entrever que en la industria se pueden hacer cosas bastante chulas.

Y es que Windfolk no solo quiere ser un juego de disparos, también se molesta en intentar contar una historia sobre la naturaleza, sobre el ego, el poder y la forma en que los gobiernos gestionan todo. Todo esto ayudado, obviamente, por un gameplay dinámico que consigue mezclar la exploración con la acción. El juego también incita a explorar, pues hay coleccionables escondidos para saber más de la historia. Además, tiene un sistema de “misiones” que te van marcando la hoja de ruta que seguir para poder completar el nivel al 100%. Los tiroteos son intensos y divertidos, pero son muy sencillos, pues la IA no es demasiado alta y el apuntado automático te hace todo el trabajo; además, las armas que vamos desbloqueando tampoco son nada del otro mundo y terminas usando la pistola del principio para terminar rápido con todos.

Pero estos peros se solventan cuando estamos en el aire. Windfolk es un juego que se desarrolla casi al 95% en el cielo, volando con nuestro jetpack y disparando. Y es que se nota que el estudio ha dedicado casi todo a que la experiencia de vuelo sea la idónea en un juego así. Y es que el control de Essen en el aire es increíble, es único y lo único que quieres hacer es pasarte el mayor tiempo posible en el aire jugando. Porque cuando se toca tierra, que son pocas veces, el control es algo tosco y se nota que no está pensado para ser un juego de tocar el suelo. Essen, la protagonista, tiene carisma y consigue que conectemos con ella. El resto de los personajes están bien, no son nada memorables, pero consiguen su función. Respecto a la duración del juego, hay que decir que tiene dos modos de juego, la historia y el modo arcade. El modo historia es todo lo que le ocurre a Essen y el modo arcade es conseguir pasarnos los mapas en un limitado tiempo.

Windfolk es un juego que consigue convencer en su intento de hacer algo distinto, algo ambicioso y, aunque no todo funciona, sí que se nota que ha habido cariño detrás. Es un juego corto pero intenso y eso es de agradecer, pues últimamente tenemos juegos que no son más que relleno y al final no consiguen convencer del todo por estos motivos de alargar artificialmente algo.

Analizada la versión de PS4.