Llevábamos un tiempo sin estremecernos al ver una película realmente mala. Parecía que los estrenos de este principio de año tenían algo de calidad o que al menos entretuviesen al personal, pero La protectora rompe todo lo que teníamos hasta ahora y se convierte, por méritos propios, en una de las peores películas de este inicio de año y, porque no decirlo ya, posiblemente de 2019. Vicky Jewson es la responsable detrás de las cámaras y coescribe el guion junto a Rupert Whitaker, un guion que hace aguas desde el primer minuto que quiere ser algo más de lo que debería haber sido y que ni siquiera una Noomi Rapace es capaz de levantar con su presencia. La protectora se estrena gracias a los canales de VOD, porque creo que una cinta de esta calidad estaría lejos de estrenarse en una sala de cine.
La protectora cuenta una historia vista mil y una vez. Un chica mimada y ricachona hereda la fortuna de su difunto padre. Zoe, la heredera, debe ir al país de su padre para poder proclamar su herencia, pero el viaje es peligroso, por lo que se le asigna a Sam, un guardaespaldas con mucha guerra a sus espaldas. Al llegar al lugar serán victimas de un intento de secuestro, por lo que deberán trabajar juntas para poder sobrevivir o de lo contrario no habrá herencia que heredar. Ya de entrada la historia no llama demasiado la atención para su visualización, pero es si al menos tuviera un giro argumental o unas secuencias de acción dignas sería otra cosa, pero ni eso. La protectora pasa por todos los clichés conocidos del cine de acción y los lleva a otro nivel, un nivel donde no destacan.
Y es que por mucha buena intención que quieran ponerle sus responsables, si el guion es malo, la película saldrá igual. Vicky Jewson intenta por todos los medios dotar de algo de personalidad a su dirección, pero parece que todo está hecho en piloto automático, y preocupa especialmente la poca mano para trasmitir tensión o drama en las secuencias más calmadas de la cinta. Quiere que alguno de los giros de la historia nos haga quedarnos con la boca abierta, pero es imposible porque un personaje cinco minutos antes ha dicho algo relacionado con el giro que va a venir a continuación. Y tampoco ayuda que la chica protagonista, Sophie Nelissé, sea realmente insoportable y quieras convertirte en uno de los peligros que tiene para ponerle fin. Noomi Rapace lo intenta por todos los medios, se deja la piel, las fuerzas y todo lo que tiene dentro para levantar un proyecto que no había forma de levantarlo. Esperamos que en un futuro Noomi Rapace vuelva a aparecer en películas que dejen ver lo buena actriz que es.
La protectora podría haber sido una película que hubiera tenido algo interesante si se arriesgara algo más en cuanto a las historias, pero si todo lo que nos van a ofrecer son clichés constantes, unas secuencias de acción mediocres y unas interpretaciones que dejan mucho que desear mejor dejarlo todo como está y que no vea la luz. Lo único bueno es que dura poco más de ochenta minutos. Después, el cerebro la borra y a otra cosa. Y me da pena, porque siempre quiero que una película, aunque sea mala, tenga algo destacable, pero es que La protectora no tiene nada que la haga merecedora de algo positivo. Es un intento de Jason Bourne que se queda en nada. Ni para una tarde aburrida en la que no haya nada que ver.
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