Pacto de silencio

Pacto de silencio: Mantén cerca a quien quieres

A mediados de los 70, The Weather Underground se constituyó como una organización radical formada por jóvenes cansados de luchar pacíficamente ante la situación del Estados Unidos de entonces. En protesta por la Guerra de Vietnam, pasaron de las manifestaciones a las bombas en edificios gubernamentales. Partiendo de esta premisa y de la novela de Neil GordonRobert Redford ha decidido dirigir y protagonizar este thriller político.

 

Robert Redford en Pacto de silencio

 

Treinta años después de la disolución del grupo, y con varios de los componentes en busca y captura por el asesinato de un hombre en uno de los altercados a un banco, el FBI consigue identificar y detener a una de las activistas, Sharon Solarz (Susan Sarandon). Mientras tanto Ben Shepard (Shia LaBeouf), periodista local, anda detrás del reportaje que demuestre su valía. Llega a sus manos este caso y empieza la investigación. Los nudos empiezan a atarse y punto por punto consigue llegar a Jim Grant (Robert Redford), abogado especializado en derechos sociales y padre soltero. Descubre que éste también es un antiguo radical antibelicista y se encarga de desvelar su identidad y desatar su fuga. A partir de este momento la película constituirá varias persecuciones, entre las que destacan la de Shepard a Grant para cerrar su historia, y la del FBI, con Terrence Howard a la cabeza, detrás de ambos.

 

El film parece una excusa para mostrar la cara ya anciana de muchos de sus personajes. No sólo Redford, que a sus 77 años todavía se atreve a representar una faceta deportiva y heroica, se apunta a enseñar arrugas (pocas para su edad). La británica Julie Christie se nota que ya lleva años intentando ocultarlas a base de botox. Lo impactante llega al descubrir a un mayorcísimo, canoso y con cierto sobrepeso, Nick Nolte. Y qué decir de Susan Sarandon. Los momentos cómicos son inevitables cuando Redford se pone a hacer footing, desvelando que la edad del personaje y del actor no van a la par. La cara joven se encargan de ponerla LaBeouf y Howard, quien parece que se ha propuesto salir como secundario en todas las películas de este año.

 

Los elementos fílmicos son correctos, nada destaca notablemente. El partido que se podría haber sacado de un tema tan interesante se refleja finalmente en una trama que se queda corta. Arranca con muchas pretensiones, pero poco a poco el argumento pierde fuelle hasta concluir en un final rápido y abrupto. La estructura opta por alargar situaciones vacías y restarle significado a asuntos que podrían resolverse mucho mejor, o que serían más interesantes de conocer para el espectador. Un ejemplo de ello sería la excesiva focalización en el personaje de Redford ante el de Shepard. Cuando intenta tocar puntos interesantes del periodista y moralizar en cuanto al comportamiento y éticas de la profesión no logra aclarar ni desarrollar el mensaje. Lo mismo pasa con la interpretación de Shia, apunta maneras y parece llevar a cabo un personaje redondo, pero no termina de cerrarse y se queda en ciertos matices que podrían haber definido al Shepard más atractivo que se vislumbra al principio.

 

Una película que por recursos y experiencia podría haber sobresalido por encima del clásico entretenimiento que ha resultado ser.

 

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