La bella y la bestia

Título Original: La Belle et la Bête

Director: Christophe Gans

Guión: Christophe Gans

Reparto: Léa Seydoux, Vincent Cassel, André Dussollier, Eduardo Noriega

Francia – Alemania / 2014 / 112′

Productora: Eskwad / Pathé / TF1 Films Production

Mientras a Hollywood le ha dado por las princesas guerreras y las historias de corte épico con sus versiones de Alicia en el país de las maravillas o Blancanieves, en Francia han optado por darle un tono más clásico, de cuento, a la adaptación de La Bella y la Bestia que firma Christophe Gans. El director y guionista…

Mientras a Hollywood le ha dado por las princesas guerreras y las historias de corte épico con sus versiones de Alicia en el país de las maravillas o Blancanieves, en Francia han optado por darle un tono más clásico, de cuento, a la adaptación de La Bella y la Bestia que firma Christophe Gans. El director y guionista (que debutara en 1994 firmando uno de los segmentos de Necronomición: El libro de los muertos) llevaba desde 2006 (con Silent Hill) sin estrenar una película, así que la expectación hacia lo nuevo del autor de joyas del fantástico como El pacto de los lobos (2001), era máxima. Más cuando en su reparto se encontraba el carismático Vincent Cassel y Léa Seydoux, una de las últimas musas del cine galo. Pero la propuesta les ha quedado fría.

Aciertos tiene mucho, como su inclinación por abrazar una vertiente más mitológica y ecológica, integrando esta herencia del cine de Miyazaki en su discurso e imaginería, o el mismo desarrollo que sigue la trama que nos explica cómo el príncipe encarnado por Cassel acaba convertido en la Bestia; pero los desatinos inclinan la balanza, empezando por un trío protagonista que no termina de encontrar acomodo en la película. Estamos ante una película mágica, y es la magia la única que puede explicar como surge el romance entre Seydoux y Cassel. No hay una sola escena en que se muestre como ambos personajes se van acercando el uno al otro, simplemente ocurre. Sin más. Y mientras, Eduardo Noriega, ve como en la versión original lo doblan. Nunca sabremos como sonaba en francés, pero no cabe duda de que su actuación gana enteros con la voz profunda y potente que le han dado.

Eso por no habla r de la cara de gatito que tiene Cassel. En nada ha quedado el aspecto feroz que siempre hemos relacionado con el personaje. Incluso en la libérrima adaptación protagonizada por Vanessa Hudgens y Alex Pettyfer (El corazón de la bestia, 2011) la apariencia del maldito buscaba ser inquietante. Y aquí nos tenemos que conformar con un lindo gatito.

De excelente factura visual, La bella y la bestia no enamora ni conmueve, pero tampoco es deleznable ¡ojo! El principal problema de la propuesta de Christophe Gans es que no es capaz de encontrar un tono en el que sentirse cómoda y desarrollarse. Por momentos se asemeja mucho a la versión Disney (calcando incluso alguna escena), y en otros quiere huir de forma desesperada de ese referente. Unas dudas que se perciben desde el patio de butacas y que condicionan el visionado. Y aún con todo, estamos ante una loable adaptación a la que quizás le falta riesgo, pero que sigue ejemplificando la buena salud (industrial) de la cinematografía de nuestro país vecino.