Viajo sola
Título Original: Viaggio sola
Director: Maria Sole Tognazzi
Guión: Maria Sole Tognazzi, Ivan Cotroneo, Francesca Marciano
Reparto: Margherita Buy, Stefano Accorsi, Fabrizia Sacchi, Gian Marco Tognazzi, Alessia Barela, Lesley Manville, Carolina Signore, Diletta Gradia
Italia / 2013 / 85′
Productora: Augustus Color / Bianca Film / Ministero per i Beni e le Attività Culturali (MiBAC)
La protagonista de esta historia se enfrenta a un dilema existencial. Sin hijos ni más amigos íntimos que su hermana y su ex-marido, Irene (Margherita Buy) ve como ha enfocado su vida exclusivamente hacia su carrera profesional, relegando su vida personal a un plano casi accesorio, lo que empieza a provocarle dudas e inseguridades. ¿Soy feliz?…
La protagonista de esta historia se enfrenta a un dilema existencial. Sin hijos ni más amigos íntimos que su hermana y su ex-marido, Irene (Margherita Buy) ve como ha enfocado su vida exclusivamente hacia su carrera profesional, relegando su vida personal a un plano casi accesorio, lo que empieza a provocarle dudas e inseguridades. ¿Soy feliz? Es la pregunta que ronda en la cabeza de Irene, que duda entre seguir con su estilo de vida independiente y sin ataduras o sentar la cabeza y buscar un marido que le proporcione una familia. En esencia, Viajo sola habla acerca de una mujer de mediana edad que necesita un nuevo impulso (hemos visto estupendos ejemplos recientes como la chilena Gloria).
La disyuntiva está narrada de forma simpática, con un agradable tono de comedia desarrollado a partir de la contraposición de la vida de la protagonista y las de sus allegados. Así, su hermana Silvia (Fabrizia Sacchi) tiene la que se presupone una familia modelo, y su ex Andrea (Stefano Accorsi), ante la misma encrucijada se decide por la estabilidad emocional. Con la visión de estos puntos de vista (y de otros que se va encontrando por el camino) es con lo que Irene debe afrontar el nuevo capítulo de su vida.
Lo que ya no resulta tan simpático es el discurso que se desprende de la película, enconado en defender a la familia tradicional como único medio válido para realizarse y ser feliz. En algún momento Maria Sole Tognazzi (directora y coguionista) se lanza con alegatos pro-feministas y defensores de la libertad individual, pero con las acciones de sus personajes se desdice, anulando esas buenas intenciones.
Se confunde el natural miedo a la soledad que puede padecer cualquier en algún momento dado con la exposición de unos valores anticuados en pleno s.XXI. Un mensaje que trata de matizar y enmendar llegados al desenlace, remarcando la renovada actitud de su protagonista con una voz en off, por si no había quedado claro. Quizás el problema radique ahí, en que Tognazzi quiere dar marcha atrás en el último momento y no es consecuente con lo que nos ha venido proponiendo hasta entonces.
Si conseguimos desligarnos de la torpeza de su resolución y su arcaico mensaje nos queda, como apuntaba al principio, una historia muy agradable y con pocas pretensiones defendida con vigor por su inspirado plantel de actores. Algo que con la prima dama del cine italiano (Margherita tiene la friolera de seis David di Donatello, el equivalente a los Goya u Oscar italianos) como cabeza de cartel está asegurado. La actriz romana carga de matices a su personaje, sabiendo en qué momento debe explotarlos. La relación fraternal que mantiene con Fabrizia Sacchi es deliciosa, resulta imposible no imaginar que se trata de dos hermanas. Stefano Accorsi tiene también una papeleta importante como amigo y ancla emocional de la protagonista (además de hacer frente a sus propias dudas), pero sale bien parado, ofreciendo una perspectiva complementaria a la de Irene sobre la situación a la que se enfrenta.
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