Pensaba iniciar este breve artículo con una parrafada que hablara de cómo los académicos estadounidenses se llenaron la boca este verano afirmando que no se nominaría a tontas y a locas y sin embargo las nueve (en lugar de diez) cintas de este año nominadas desdicen su decisión. O de cómo una vez más la Academia Estadounidense se vuelve a «olvidar» de algunas películas y, en cambio, otras están nominadas en categorías que claramente no pueden ganar (me extraña que The Artist no esté nominada a Mejor Película de Animación o Hugo a Mejor Documental). En fin, una parrafada agria.

En lugar de eso, y como me tengo por un consumidor voraz de música, quiero invitaros a la reflexión sobre el Oscar a la Mejor Canción Original (premio al que ya dediqué dos artículos el año pasado). Primero quiero que escuchéis las dos candidatas:

Ahora, y sin desmerecer a las dos buenas canciones que acabáis de oír, quiero que escuchéis algunas que NO han sido nominadas este año:

O, sin ir más lejor, la ganadora del Globo de Oro a la Mejor Canción:

En serio, ¿tan sólo dos nominaciones? Me parece una broma de mal gusto.