Scott Snyder y Greg Capullo siguen revisitando el pasado de Bruce Wayne y de sus más enconados enemigos.
«Volviste a la ciudad cinco minutos antes de que se desmoronara«
Segundo capítulo del gran retorno de Scott Snyder y Greg Capullo a los primeros días del Caballero Oscuro. En Ciudad Oscura este equipo creativo desata por fin con todo su ingenio y su maldad al Acertijo, que pasa de ser un secundario en Ciudad Secreta a un villano en la sombra en este capítulo y que será el principal contendiente de Batman en el desenlace de Ciudad Salvaje. Tenemos ante nosotros tres nuevas entregas llenas de detalles clásicos del personaje (sobre todo de la idolatrada por Snyder etapa de Frank Miller) y de nuevas reinterpretaciones propias del NuDC que buscan actualizar los cánones del mito para acomodarlo a los tiempos modernos y a los nuevos lectores.
Edward Nigma fue creado en 1948 por Bill Finger y Dick Sprang y ha pasado mil y una revisiones. Lo hemos visto como un tipejo lamentable pero con sueños de grandeza bajo los lápices de Jeph Loeb y Tim Sale enCatwoman: Si vas a Roma, como un villano redimido a las órdenes del gran Paul Dini en su etapa al frente de Detective Comics… Snyder se decanta ahora por una visión mucho más cuerda del personaje, cuyas motivaciones en Ciudad Secreta sencillamente pasaban por el poder y el dinero y que ahora evolucionan a un nivel mucho más personal, tratando por un lado de vengarse de la ciudad que le ha dado la espalda y, por el otro, buscando someter a Gotham en un estado de crisis del que pueda (según su retorcida mente) emerger fortalecida y cambiada.
«Ustedes no cuidaban de las personas de aquel barrio«
Al principio del Batman #25 vemos como Nigma lanza el reto a Gotham de «ser más listos o morir» justo antes de dejar a oscuras a toda la ciudad. Batman debería ir a por él, pero una nueva amenaza surge del oscuro pasado de las Empresas Wayne para distraer al enmascarado de este cometido y lanzarlo a una persecución a oscuras en busca del mismísimo rostro de la muerte. Este Doctor Muerte, al igual que el Acertijo, Victor Fries o una consternada Pamela Isley que también vemos por primera vez en este volumen marcan una nueva tendencia en en Nuevo Universo DC por situar a los enemigos dentro de casa (todos provienen de Empresas Wayne) y como responsabilidad directa de Bruce o de quienes estuvieron al frente desde la muerte de sus padres y hasta su retorno a la ciudad que le vio nacer.
Tanto es así que en este origen el único villano sin relación alguna con nuestro protagonista es el propio cuerpo de policía de Gotham. Podemos separar la historia de este cuerpo en tres fases a tenor de lo que nos han ido contando Snyder y el resto de autores de la editorial en los últimos meses: tenemos un pasado de corrupción salvaje hasta la llegada de Gordon, una etapa en la que (por culpa de esta corrupción) Batman los considera sus enemigos y lo mismo pasa al contrario y una última etapa, la presente, en la que la policía y el Caballero Oscuro trabajan codo con codo en mantener la ciudad de Gotham segura y a salvo.
Esta evolución no es nada nuevo y ya la hemos visto antes en la trilogía de Miller así como en otras reinterpretaciones del héroe y de su entorno. La novedad, que introduce también una gota de coherencia en el relato, es la enemistad entre Gordon y BruceWayne en los primeros compases de la vida del segundo como justiciero. Snyder se ha estudiado los cómics que hablan del pasado de Batman a fondo y con esta saga, para nuestro gozo, se está esforzando por limar las asperezas de cada relato y hacer que encajen de manera que podamos tener una imagen realista de los primeros años del Caballero Oscuro en la que se incurra en el menor número de incorrecciones posible. Así, la enemistad entre estos dos grandes aliados puede durar poco, pero servirnos como asidero frente a la aparente confianza demostrada en otros cómics y al carácter casi suicida que le otorgaron otros autores al futuro jefe de policía de Gotham.
«Habría salvado a cualquiera, créame. No fue nada personal«
Es importante comprender el aspecto de que Scott Snyder y Greg Capullo no pretenden realizar grandes cambios y ofrecernos a un Batman completamente nuevo con Origen. Esta saga, que al paso que va se convertirá pronto en un imprescindible para nuestras bibliotecas, busca actualizar al personaje sin grandes aspavientos para hacerlo más asequible para el lector, sí, pero también para hacerlo más sólido y a la vez más maleable para las grandes historias verdaderamente innovadoras de esta pareja como puede ser la fabulosa Muerte de la Familia (que aún está por resolver dicho sea de paso). Si algo nos está enseñando Snyder es que tiene bastante cuidado por los pequeños detalles y son precisamente ellos los que rescata cuando menos se lo espera uno para lanzar a Batman más allá.
En fin, comenzamos esta saga viendo como un Batman con un traje que ha visto mejores tiempos vuelve en moto (exactamente la misma con la que Geoff Johns le dedica un guiño a este guionista en Maldad Eterna) a una Gotham devastada y que parece haber retrocedido varios siglos atrás en el tiempo. Al final de Batman #27 comenzamos a tener una idea bastante clara del por qué de esa primera escena, sólo nos falta por rellenar los pequeños huecos que quedan entre medias y saber cómo se enfrentó Batman a su primer gran reto, aquel que lo definiría y que lo convertiría en el héroe que se enfrenta hoy de igual a igual con el poderosoSindicato del Crimen de Tierra 3.
«Pero ahí fuera hay gente especial, Cullen«
En cuanto a las historias que cierran cada uno de estos tres números en esta ocasión tenemos un poco de todo. Comenzando por una muetra más, ya he perdido la cuenta, de lo guay que es Harper y del buen equipo que hará con Batman (¿acaso alguien lo duda?). La novedad es que en este número vemos cómo la muchacha alaba sin ambages las virtudes de su hermano, su valor y su inteligencia. ¿Se lanzará Batman a por la parejita?Ya lo veremos, pero lo que está claro es que ni Snyder ni la caterva de autores que lo acompañan pueden seguir estirando mucho tiempo el tema de Batman solo y Harper por su lado o tarde o temprano terminará siendo bastante cansino. Otro tema es que esta historia (brevísima, de apenas cuatro páginas) habría casado bastante mejor en el especial que editó ECC bajo el título de Gotham City: Origen, pero eso es ya harina de otro costal…
Aparte de este pequeño relato, Batman #25 cierra la saga de Ira en Detective Comics con un capítulo en el que John Layman y Jason Fabok siguen acercando posturas entre la policía de Gotham y el Caballero Oscuro (en contraposición con lo que vemos en Origen) y en el que Layman reivindica la inteligencia y el entrenamiento de Bruce Wayne como armas mucho más poderosas que su enorme fortuna o su acceso a las armas e inventos producidos por Empresas Wayne. El propio Layman vuelve, al final del Batman #26, a recuperar la figura de Manbat para cerrar de alguna manera la trágica historia del matrimonio Langstrom (aunque ya os adelanto que de eso nada, aún nos queda mucho suero del Manbat por «disfrutar» en las páginas de Detective Comics). El guionista, además, aprovecha la última página para introducir la saga con la que se despide de Detective Comics y que ECC ha editado en dos tomos de los que hablaremos próximamente: Gothopía.
Por último, ECC cierra Batman #27 con la navideña historia (fue publicada en Estados Unidos entre diciembre de 2013 y enero de 2014) titulada Sin Voz. En estos dos números el dueto creativo formado por Gregg Hurwitz y Alberto Ponticelli se recrea en una historia en la que sobran las palabras y en la que el dibujante de Dial H se luce al firmar un buen número de páginas en las que la expresividad de los rostros representados basta para contarnos otra parte de la historia oculta de Gotham. Cabe destacar también el excelente trabajo de John Kalisz a la hora de colorear las páginas de este cuento navideño, su aportación magnifica o suaviza, según la situación lo requiere, la intensidad de las emociones representadas y su colaboración con Ponticelli nos deja con escenas en las que las sombras hablan casi más de lo que podrían hacerlo las viñetas coloridas y vistosas a las que estamos tan acostumbrados.
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