Llega a nuestras manos el cuarto volumen de Fábulas en su edición de lujo. Un tomo que incluye el especial 1001 noches de nieve.
Una rebelión en la granja, el ataque de las tropas de madera del Adversario, el embarazo de Blanca Nieves, el cambio en la alcaldía en Villa Fábula… han pasado muchísimas cosas en los tres primeros tomos de esta reedición de lujo (en cartoné con sobrecubiertas y una bonita selección de bocetos a modo de extras), por lo que llegados a este cuarto volumen es el momento de hacer un pequeño impasse. El libro incluye los números 28 a 33 de la serie regular y el especial 1001 Noches de nieve. Tiempo para relatar el primer año de vida de los hijos de Blanca y Feroz, así como para conocer un poquito más de la vida de nuestros protagonistas en una serie de relatos cortos que evocan los difíciles últimos tiempos en las Tierras Natales.
El libro arranca con una historia en dos partes que toma a Lobo Feroz como personaje principal y que narra una de sus hazañas en el frente durante la 2GM. Al frente de un pequño comando aliado, Feroz protagoniza una aventura a caballo entre el género bélico y la ciencia ficción. Experimentos nazis y peleas entre seres sobrehumanos se dan cita en un relato digno de la mejor serie B que nos ayuda a conocer un poco mejor al arisco sheriff de Villa Fábula y comprobar que detrás de esa fachada de antipatía y misterio se esconden muchas más virtudes que defectos.
Seguidamente volvemos a la historia principal, a la convulsa vida en Villa Fábula con la alcaldía en juego y el nacimiento de los hijos de Feroz y Blanca. Cuatro números que vendrían a emular las cuatro estaciones del año para contarnos como van afectando estos cambios a la vida de las fábulas (especialmente la de la pareja protagonista). Una trama de transición que va sembrando el terreno para todo lo que se avecina, con cambio de protagonistas y roles dentro de la comunidad. A ratos dulce y emotivo, a ratos cruel y triste, este «paréntesis» ayuda a profundizar más en unos personajes que por mucho que pretendan ocultarlo, se sienten terriblemente perdidos. A fin de cuentas y a pesar de los siglos que llevan a sus espaldas, no dejan de ser unos refugiados en tierras extrañas que lo han perdido todo y se aferran a unas pequeñas gotas de esperanza como a un clavo ardiendo.
Aunque, sin duda, el plato fuerte de este volumen es la novela gráfica 1001 noches de nieve. Historia que como su título apunta, homenajea y juega con la premisa y el esquema de las 1000 y una noches que Scherezade pasó contándole cuentos al sultán para salvar la vida. Blanca Nieves, cautiva en el reino de las fábulas orientales engatusa a su poderoso carcelero con gestas y vivencias de las fábulas que habitan en Nueva York cuando aún vivían en las Tierras Natales. Un complemento ideal de la serie regular, donde no hay espacio para desarrollar a todos los actores de la historia sin ralentizar la trama principal.
De esta forma, a través de una serie de historias cortas en las que se mezcla formidablemente la prosa ilustrada y el cómic, conocemos mas acerca del pasado de los personajes más dispares: Papamoscas, Lobo Feroz, Frau Totenkinder, Blanca y su hermana Rosa Roja, Encantador o el rey Cole. Y es gracias a estas pinceladas sobre sus vidas anteriores, lo que nos permite comprender mejor sus situaciones y actitudes en el mundo actual. Perfecto para que el lector se sumerja, aún más y si no lo ha hecho todavía, en el maravillos universo que Bill Willingham ha creado en Fábulas. La inclusión de 1001 noches de nieve permite, además, no solo seguir deleitándonos con el trabajo de Mark Buckingham a los lápices en la historia central, sino disfrutar de las interpretaciones de ilustradores como Brian Bolland, Mark Wheatley, Jill Thompson o Charles Vess de las creaciones de los ya citados Willingham y Buckingham.
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