Los confines de la oscuridad

Los confines de la oscuridad #1: Misión en el apocalipsis

Los confines de la oscuridadECC Ediciones nos presenta con Los confines de la oscuridad – Misión en el apocalipsis un drama de ciencia ficción acerca de una chica que, más de 50 años después del fin del mundo, tiene como misión buscar posibles sobrevivientes y limpiar los restos del patógeno que acabó con la humanidad tal como la conocemos.

 

«Siempre estaré a su lado»

 

Haruo Iwamune, responsable de este manga, propone una aventura sobre el mundo después del apocalipsis. Es fácil pensar en relatos como Wall-E o NieR: Automata, relatos en los que la humanidad perdió hace ya muchos años y el mundo ha seguido adelante sin ella. Un mundo solitario para nuestros protagonistas, quienes dada la situación pueden llegar a plantearse el porqué de su misión.

 

Temáticamente Los confines de la oscuridad no apunta a ninguna revolución en el género. Los lugares comunes son evidentes, pero el tempo pausado de la narración, que capítulo a capítulo va descubriendo pequeñas historias de los últimos días de la humanidad. De la mano de la protagonista vamos configurando el puzle del mundo. Este es quizás el punto más interesante del relato, más allá del misterio que envuelve a la protagonista (que más o menos queda resuelto en el último tercio de este primer tomo), la gracia está en que los descubrimientos que vamos haciendo página a página son los mismos que hace ella. Iwamune nos pone a la par y nos invita a ser sus compañeros de viaje. En ese recorrido por los recuerdos de nuestro pasado perdido, el halo melancólico y el ánimo curioso de la protagonista no podemos evitar pensar en la fantasía heroica de Frieren. Extrañas y curiosas conexiones las que hace nuestro bagaje lector.

 

Los confines de la oscuridad

 

Artísticamente, por otra parte, a nivel de escenarios Los confines de la oscuridad es una obra que parece beber de un clásico del género como es Tsutomu Nihei. No tanto por la escala de las construcciones, pues aquí partimos de escenarios urbanos con un ancla en la realidad, sino de su comparación respecto a la pequeñez de la solitaria protagonista. Algunas estructuras más militarizadas, en cambio, sí que guardan ecos más tangibles, así como las criaturas causantes del mal que asoló la Tierra o la incipiente corrupción y deterioro de las edificaciones. Nihei, además, es un autor al que le gusta que sus personajes exploren sus gigantescos mundos a pie, sin más compañía que sus propias pisadas. Aunque en tonos e intenciones Iwamune pretenda recorrer otros territorios, la huella de este referente imprescindible en el género dentro del manga es evidente.

 

Igual nos equivocamos, pero todo nos hace pensar que estamos ante una obra de corto recorrido, que difícilmente alcanzará la decena de tomos. Más sería tentar mucho a la suerte y acrecentar exponencialmente el riesgo de estancamiento o agotamiento de la premisa. La concreción del tema y el enfoque introspectivo del mismo piden -salvo giro radical de los acontecimientos- una experiencia reposada, pero escueta.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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