Ocho apellidos vascos
Título Original: Ocho apellidos vascos
Director: Emilio Martínez-Lázaro
Guión: Borja Cobeaga, Diego San José
Reparto: Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, Alfonso Sánchez, Alberto López
España / 2014 / 85′
Productora: Lazonafilms / Kowalski Films / Telecinco Cinema
¿Por qué no mezclar? Un bacalao acompañado de rebujito, o un gazpacho servido con un pacharán. Flecos y volantes con chapelas, el grupo Kortatu arrancándose por bulerías, flequillos rectos y gomina… Todo un cóctel molotov desprendiendo duende y flamenco por doquier…
¿Por qué no mezclar? Un bacalao acompañado de rebujito, o un gazpacho servido con un pacharán. Flecos y volantes con chapelas, el grupo Kortatu arrancándose por bulerías, flequillos rectos y gomina… Todo un cóctel molotov desprendiendo duende y flamenco por doquier. ¿Quién dijo que el norte y el sur se llevaban mal? Porque estaba en lo cierto.
La comedia nacional saboreó las mieles del éxito hace ya doce años con El otro lado de la cama, de Emilio Martínez-Lázaro, el realizador que ahora repite con este romance entre un capillita y una euskaldun. Este año el género remonta de pleno con trabajos como ¿Quién mato a Bambi? y Tres bodas de más; parece que la industria nacional ha perdido el miedo a abrazar las lides comerciales, que de primeras parecen ajenas a nosotros. La comedia romántica de enredo es algo propio de Hollywood, pero no quita que fuera de Los Ángeles se puedan elaborar vodeviles de alta calidad, ahí están Primos, No controles o Pagafantas por citar ejemplos de los últimos años.
Dani Rovira y Clara Lago personifican perfectamente a Andalucía y Euskadi basándose en los topicazos que se achacan a cada comunidad autónoma. En el eterno rol de enamoradizo atontado que atraviesa una odisea para conseguir el amor de su princesa, está Rovira, aunque en esta ocasión cruza Despeñaperros en busca de una joven -con el típico carácter seco norteño- que está superando un mal de amores. El cómico se desenvuelve bien siendo Rafa, un señorito andaluz de libro. Pero también se hará pasar por Antxon, un joven borroka con su camiseta a rayas, sus pantalones holgados, su piercing,… y sus ocho apellidos vascos. El cómico no desentona en su debut cinematográfico, y se le coge cariño desde el minuto uno. Lo mismo sucede con Lago (la Emma Watson española), que cumple los requisitos de chica manipuladora pero que en el fondo es una buenaza. La actriz desprende carisma en cada papel que realiza.
Carmen Machi aporta el lado maternal a la cinta y hace de cómplice del protagonista para que este consiga su deseo. La que fuera Aída ofrece una faceta más risueña y sensiblera dentro de esta confabulación. Y Karra Elejalde (¡Virgen santa que hace ya diecisiete años de Airbag!) está inmenso como un verdadero aita, un pescador nacionalista que para compensar tantas ausencias a su hija, insiste en conocer a su –por supuesto– vasco novio.
Los gags de la película recuerdan en más de una ocasión a Vaya Semanita, pero como si se hubieran aliñado con los chistes de Los Morancos. Luego se entiende cuando se sabe quiénes que los guionistas, Borja Cobeaga y Diego San José, los cuales redactaron varios sketches del programa de la Etb, todo un referente dentro de la televisión y pionero en satirizar temas hasta el momento tabú.
Cierto es que el texto se postra ante la ventajosa fórmula romanticona y deja pequeñas dudas sin resolver mientras sigue el esquema convencional: chico sentimental, chica dura de roer, un embrollo del que salir, un padre con ansias de llevar a cabo sus funciones como progenitor, amigos tontorrones,… Sí, la comedia romántica se avista por todos los frentes; pero viene aderezada con las bromas patrias, desde las alusiones a las costumbres de los norteños o las tradiciones sureñas. El humor, sólo comprensible para los conocedores de la cultura española, reparte por igual a ambas regiones. La fuerza de la comedia reside en que dentro de ser un amorío con risas al uso, es políticamente incorrecta, de ahí su frescura y su encanto.
Una cinta que alegra el día a cualquiera, un título que hace honor al género, una píldora más de esperanza para el amor que supera todos los obstáculos, ya se nos presenten estos en calesa o avivando a la kale borroka.
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