La actriz canadiense Serinda Swan, a quien muchos reconoceréis por su conversión en la reina inhumana Medusa, estuvo recientemente en nuestro país para presentar la serie La Forense, cuya primera temporada está disponible en VOD y la segunda puede verse en exclusiva en Calle 13 desde el 27 de marzo. Con motivo de su visita, tuvimos la ocasión de hablar brevemente con ella acerca de algunos de los aspectos más destacados de la producción y de su experiencia profesional en un marco más general.
Pregunta: ¿Cuáles son las diferencias de tu personaje frente a su versión literaria? ¿Te sirvieron las novelas como referencia para el personaje?
Respuesta: Sí, cuando conseguí el trabajo leí todos los libros, hablé con el creador, M. R. Hall, de que me gustaría tratar al personaje como una hermana. Como si vinieran de la misma familia, con el mismo carácter, las mismas idiosincrasias… pero en otro momento de su vida, estamos en otra ciudad y hay algunas diferencias. Pero si has leído los libros y conoces la esencia del personaje de Jenny creo que eso se nota también dentro de mi personaje. De hecho M. R. Hall vino al rodaje durante esta última temporada y dijo «¡sí! reconozco a mi Jenny«. Fue genial.
P: Respecto a la creación de los personajes. ¿El enfoque es el mismo en cine y televisión? En TV tienes mucho más tiempo para desarrollar los personajes.
R: Es un poco diferente trabajar en cine o televisión. Con la película tienes principio, nudo y desenlace. La historia nunca cambia. Pero en TV tú conoces quizás el primer o segundo guion, y luego tienes todo un recorrido para el personaje. Al principio tienes el desarrollo, lo que representas, tus traumas, elecciones, un montón de cosas en la caja de quién es el personaje. Así que cuando trabajas con el guion estás preparado para interpretar el personaje, no hay mucho espacio para improvisar, tienes que saber quién eres. En una película vas en un movimiento más dirigido, porque sabes a dónde vas. También en la primera temporada que rodamos, hicimos cuatro episodios al mismo tiempo. Así que estábamos grabando el episodio uno, el cuatro, el dos… todo en un día. Así que tenía un montón de notas y tenía que buscar dónde estaba, todas las elecciones y pistas del personaje. Es muy difícil. Creo que rodar una serie de televisión y hacerlo claro y siguiendo una línea es más difícil que rodar una película. Realmente lo es. Y tienes que confiar realmente en los guionistas y en los creadores, porque he tenido momentos en los que he fichado para una serie y leo en el guión cosas como «oh, soy una bibliotecaria, ¡genial!» y en el siguiente episodio «y ahora soy una striper, bien«. Ellos pueden cambiarlo de golpe sin preguntarle a nadie. Me gustan las películas porque entiendes la imagen completa, pero me gusta la televisión porque te obliga a entender al personaje desde antes de comenzar.
P: Háblanos de la immportancia de tratar las enfermedades mentales en la ficción para concienciar sobre ellas. En La Forense, por ejemplo, se tratan con mucha normalidad.
R: Creo que es muy importante mostrar problemas de salud mental. Es gracioso porque siempre confundo los términos de enfermedad mental y la salud mental. La salud mental es el campo en el que nos movemos. Ella no siempre está enferma. Ella ha tenido episodios de enfermedad durante toda su vida. Y tiene un trauma. Y es algo así para mucha gente. Es como la gripe, yo puedo estar enferma una semana porque alguien tose en mi cara. Puedo tener una enfermedad mental una semana porque alguien me grita algo a la cara, ¿sabes? Es lo mismo. Es mente frente físico. Y mientras la enfermedad mental tiene muchos más tabús, sufre estigmas, es muy importante para mí mostrar la multiplicidad de naturalezas de la salud mental y no hacer algo raro si ves a alguien sufrir una enfermedad mental y ser incapaz de hacer tu trabajo. Todos lo tenemos. Yo puedo estar llorando, coger el teléfono y decir «Hola, estoy bien«. Tienes la habilidad de vivir una vida completamente funcional. Y eso no lo solemos ver así en televisión. Está muy compartimentado. Si tienes una enfermedad mental, estás en un psiquiátrico, o vives en la calle. O es una narrativa que lleva al suicidio. No es ese caso siempre. No puede serlo. Necesitamos mostrar ese punto intermedio que todos estamos sufriendo en diversos grados. Realmente agradezco esta oportunidad con este personaje para poder hacer una investigación sobre cómo se sienten la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico y el trauma. Y con eso conformar la personalidad emocionalmente y cómo tratas con ello químicamente, con la medicación. Todas esas cosas juntas en este bonito personaje y puestas en el guion y jugar con ello. Es muy divertido.
P: ¿Y cómo fue tu experiencia en las TED Talks?
R: Fue asombroso. Yo siempre había querido hacer una TED Talks, pero nunca supe cómo haría una TED Talks, solo sucedió. Pensé que iba a estar más enfocada a mi filantropía. He trabajado mucho con el tráfico sexual, los derechos de las mujeres y la educación, y sabía muy bien como hablar de todo ello. Pero hubo un pequeño cambio cuando Marvel me afeitó la cabeza porque iba a ser una superheroína. Y necesitaba estar triste en ese momento. Yo escribí un artículo para la revista Glamour sobre la experiencia que había tenido porque gran parte de mi carrera se había basado en el encasillamiento o los estereotipos, basada en la apariencia. Y no tenía nada que ver conmigo, era cosa de mis padres y mis genes. Así que para mí, mi carrera estaba basada en la línea genética, ¡pero no!, yo soy una actriz, quiero interpretar personajes, tener alma, enfermedades mentales, dificultades en la vida. Y en parte mi pelo era parte del estereotipo que interpretaba. Así que cuando sucedió, estaba muy emocionada por perder mi pelo. Recuerdo que había un terapeuta de Marvel agarrándome la mano mientras me cortaban el pelo. Y fue en plan «estoy bien, estoy genial«. Tengo un vídeo en instagram rapándome la cabeza. Me sentía tan libre, lo amaba. Y entonces llegó la reacción. Y la gente estaba muy enfadada porque me había arruinado a mí misma. Pero había arruinado su imagen de mí. No me arruiné a mí misma. Era su imagen a la que ellos daban valor. Era una especie de objeto brillante. Y no, eso estaba fuera. Tú necesitas valorar lo que está en el interior. La gente dejó de seguirme, me envió mails de odio, perdí trabajos. Fue muy interesante. Todo por cortarme el pelo. Dejé esa idea de feminidad. Realmente lo amo porque recibo cartas de niñas desde esos días diciendo que eran acosadas y desde que enseñan fotos mías ya no las acosan. Me siento genial parando esos acosos. O de una profesora con niñas pequeñas que sufrían acoso por cortarse el pelo. La profesora vio la TED Talk y se cortó su pelo para probarle a las niñas que estaba bien, que no hacía falta tener el pelo largo. Es interesante para entender el punto de vista general sobre ti. Y decir «No, tú no me defines». Es algo sobre lo que he aprendido mucho. Cómo alguien me ve no define como me veo yo. Es un viaje largo y difícil, especialmente en esta industria. Pero tener el pelo corto me ayuda a levantarme. ¡Estoy orgullosa de tener el pelo corto! Me cortaría el pelo un millón de veces. Es fantástico. ¡Mira, tú también estás rapado! ¿Es genial, verdad? Usas mucho menos champú. Me lo pongo en las manos y digo ¡dios mío, no es nada! Y lo aprovecho para la piel y ducharme. Es genial. Es muy liberador, me encanta. Fue asombroso, fue una oportunidad genial poder trabajar con TED. Tachado de mi lista de cosas pendientes.
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