Nocturnos

Nocturnos #1: Razas de noche

NocturnosNorma Editorial viste de gala la edición de Nocturnos de Dan Brereton. Un primer volumen (de dos) en tapa dura con sobrecubierta (la cubierta es tan elegante que dan ganas de deshacerse de la sobrecubierta) y de un tamaño sensiblemente mayor al del comic-book tradicional (unos 20,5×31,3cm que lo acercan a los estándares del formato europeo, donde luce mucho más el dibujo) que hacen de esta una obra cara (49.95€), pero con la que presumir de biblioteca.

 

«Cosas peores hemos limpiado de la suela de las botas«

 

Proyecto personal de Dan Brereton (a quien podemos recordar del interesante Elseworlds Batman: Thrillkiller), Nocturnos nos pone en la piel de un pintoresco grupo de outsiders formado por zombis, híbridos humano-animal y alienígenas que viven en las sombras del mundo real, haciendo frente a amenazas y situaciones de carácter sobrenatural. La obra tiene un marcadísimo acento pulp que va más allá de los guiños (los hay y muy evidentes) para formar parte de su propio ADN. En cierta forma puede resultar una lectura algo anacrónica, pero ese es parte de su encanto. Es imposible no adentrarse de lleno en estas páginas y no pensar en personajes como Flash Gordon o Vampirella, en figuras como Lovecraft o publicaciones tipo Weird Tales o Warren Comics. Nocturnos es un relato de aventuras condimentado con algunos de los códigos y ambientes del terror y la ciencia ficción.

 

«Que bien… ya puedo añador saqueador de tumbas a mi currículo«

 

Ahora bien, la entrada a esta historia protagonizada por el intrépido Doctor Horror no es sencilla. Planeta negro, el relato con el que abre el volumen, arranca en un abusivo in media res en el que cuesta bastante situarse. Un híbrido que intenta huir por una gruta bajo tierra, una reunión entre traicioneros mafiosos y el asalto a una casa que no es tal son las tramas con las que abre el relato; pero hasta que no avanzamos un trecho en él (más o menos un tercio) no somos capaces de hacernos una idea más o menos clara de cómo encajan las diferentes piezas. Brereton se preocupa, además, de dotar de lore o contexto a la narración, pero se muestra parco en explicaciones, dejando muchas veces a los lectores en una posición de inferioridad respecto al autor y los propios personajes. Todos saben lo que pasa menos nosotros.

 

Nocturnos

 

A pesar de estas cuestiones que dificultan la entrada a la lectura, una vez que sabemos identificar quién es quién, el viaje se hace tremendamente ameno. Brereton no inventa nada, respeta hasta la devoción los cánones del tipo de relatos que homenajea, pero es muy efectivo. La obra es ágil y muy entretenida, planteando unos modos que la acercan al imaginario de Razas de noche o, incluso, de un Hellboy. Y mientras que en las dos primeras historias (Planeta negro y Cabezas de calabaza) están escritas y dibujadas -¿qué decir del pictórico arte de Brereton? solo por disfrutar de él ya merece la pena la inversión-, las siguientes (Desfile de bestias y El puente del troll) le tienen solo como guionista, promoviendo un enfoque más experimental y lúdico de los argumentos. Artistas como Jill Thompson, Stan Sakai o Paul Dini se prestan al juego para regocijo nuestro y de Brereton.

 

Igual una edición de lujo como esta sea excesiva para lo que es un cómic más bien de nicho y cuyos esquemas resultan demasiado familiares, pero sumergirse en él es muy satisfactorio.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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