«Prólogo de Darren Aronofsky«. Quienes me conocen ya saben que no necesito mucho más para sumergirme en una obra. Ese es el sello de calidad que necesito. Cuando un tipo tan personal como Darren Aronofsky decide apoyar el trabajo de otro artista (ya sea cineasta o, como es el caso, un escritor/dibujante), puedes dar por seguro de que estás ante un trabajo especial, difícilmente te dejará indiferente. Upgrade Soul, publicada por Norma Editorial, lo es.

«Debemos tomar las riendas de nuestras vidas»

Ezra Claytan Daniels nos propone una sugerente lectura que reflexiona, en clave sci-fi, acerca del amor, la familia y el legado. Pone el foco en el ego y el afán de trascender, de alcanzar ese hito que nos haga «inmortales». También habla sobre el canon de normalidad, el rechazo a lo diferente y la aceptación de uno mismo. Incluso toca el racismo y ciertos comportamientos de la industria del cine. Son muchos los temas que aborda un relato que empieza con la promesa de una segunda oportunidad cuando la vida de una pareja -larga y más o menos feliz- se aproxima a su final natural.

Una de las referencias más extendidas a la hora de analizar Upgrade Soul es la de David Cronenberg. No solo por parte de la prensa, sino que el propio Aronofsky lo cita en el arranque de su texto. Pero hay que coger esta referencia con cuidado. La diferencia principal entre el relato de Claytan Daniels y la obra de los citados cineastas (ambos) es el poso de sus historias.

Mientras que Upgrade Soul alberga siempre un fondo tremendamente humanista y empático hacia sus personajes. A pesar de los muchos defectos y decisiones erróneas que puedan llegar a cometer, la mirada es comprensiva. Mientras, en la obra de los dos directores, la mirada sobre el mundo -que no sobre los personajes- tiende a ser oscura y desperanzada. Así, el reflejo cronenbergniano se da, sobre todo, en el apartado visual. Hay ecos a la nueva carne, pero el discurso va en otra dirección. Upgrade Soul está -también con sus evidentes diferencias- más en la onda de autores como Alex Garland o Duncan Jones.

La de Ugrade Soul es una ciencia ficción reflexiva, de plantear preguntas. El género no condiciona la narración, sino que sirve para exponer las cuestiones que van a marcar a sus personajes. Es más, gran parte de la narración transcurre en un antiguo colegio readaptado como improvisado centro de investigación. Los elementos fantásticos están anclados en una realidad nada glamourosa. Lo que importan son los personajes y sus preocupaciones. La fuerza del relato está en qué dicen sus protagonistas y cómo nos apelan sus significado.

Upgrade Soul es un tipo de obra que no se suele estilar demasiado en el medio, y sí más en la literatura o en el cine de corte más independiente (sirva de ejemplo para ambos casos Nunca me abandones [2010], la novela de Kazuo Ishiguro adaptada por Garland [guion] y Mark Romanek [dirección]). Y conocedores de lo especial de la obra, Norma Editorial ha cuidado mucho la edición en tapa dura, con páginas de cierto gramaje y la inclusión de unos extras que aportan un estupendo contexto que da cuenta de lo difícil que ha sido ver convertida a Upgrade Soul en una realidad.