Lope es el ejemplo de lo que siempre le criticamos al cine hollywoodiense trasladado a nuestra industria. Es un gran ejercicio publicitario donde tiene más empaque la forma que el fondo. El atractivo de Lope es poder ver nuevamente juntos compartiendo un mismo plano a los actores de moda del país (con perdón de Bardem): Luis Tosar y Alberto Ammann, admirar la belleza de Pilar López de Ayala y, claro está, la de Leonor Watling.Lope, que narra una vida ficcionada del poeta del Siglo de Oro, se situa a caballo entre Shakespeare in Love y Alatriste, aunque por suerte es más cercana al film americano. La película gira en torno al triángulo amoroso entre el escritor y las dos mujeres que, cada una con sus armas, intentan conquistarle. Al igual que en Shakespeare in Love gran parte del peso de la historia recae en estas relaciones románticas y pasionales que condicionan muchos de los actos de los protagonistas.
La mayor diferencia respecto al film de John Madden es que mientras en ésta a pesar de que es el drama romántico el que mueve la historia, la comedia sigue presente. En Lope todo es demasiado trascendente, dramático, e incluso épico. No hay lugar para disfrutar del romance de los protagonistas. Este es, también, el punto que la acerca a Alatriste. Lo que se cuenta es mucho y demasiado importante. No hay un criterio claro y la trama quiere abarcar más de la cuenta. De esta forma vemos como muchas cosas pasan apresuradamente, casi a empujones y sin apenas explicación.

Lope posee un despliegue impresionante de medios, la ambientación y los vestuarios están cuidadísimos. La forma es la de una gran producción. Sin embargo el fondo, la historia, tiene altibajos, los personajes son calan y los secundarios están bastante desdibujados. Mucho ruido y pocas nueces.
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