No mires a los ojos

No mires a los ojos: Un viaje interior hacia nuestras vidas

Félix Viscarret adapta con firmeza la novela de Juan José Millás Desde la sombra, creando una atmósfera de incomodidad y tensión por momentos que nos muestra la cotidianeidad de una familia desde la soledad de una misteriosa presencia que se refugia en un armario.

 

Paco León

 

La historia comienza con el protagonista, Damián (Paco León), siendo despedido de la empresa en la que lleva 20 años trabajando. Tal es su enfado, que destroza una máquina registradora y sale huyendo para acabar escondido en un armario que está en un camión de mudanzas y termina su pequeño viaje en la casa de una familia, con la que decide quedarse a vivir de forma clandestina y siniestra. A partir de entonces, podemos observar a través de la mirada secreta de Damián el hacer diario de esta familia y la soledad que viven sus propios miembros entre sí, incluyendo sus vidas paralelas. Leonor Watling, en el papel de Lucía (en el que realiza un trabajo espectacular de sobriedad y desesperación interna), nos enseña a una esposa marcada por sus problemas personales.

 

Las sombras, los silencios y la tensión entre el mundo que se vive dentro y fuera del armario nos va llevando por un camino en el que el director nos mete de lleno con un trabajo profundo de introspección personal de Damián. Su intención, bajo la figura que Paco León interpreta con gran brillantez, no es otra que hacernos ver determinados matices de lo vacía en lo que se puede convertir una vida, las frustraciones diarias y la necesidad de tener una mirada intrínseca en lugar de hacia los demás.

 

Leonor Watling

 

Un ambiente gótico, marcado por la excelente elección del caserío donde se desarrolla la historia, también contribuye a componer este relato que mezcla todos estos elementos cotidianos con los oníricos de nuestro protagonista, reflejándose en las figuras de Juan Diego Botto y un Iñaki Gabilondo que, haciendo de sí mismo y de todo lo contrario, sorprende dejándose llevar en su papel, como broche final de la película.

 

Este viaje interior convierte al armario en ocasiones un poco como el de Narnia, que nos transporta hacia otro mundo, y en otras a Parásitos al alimentarse Damián de los sentimientos de las vidas que está observando y escuchando al otro lado para sentirse relevante. La película, en realidad, nos mira para provocarnos y que reflexionemos sobre el devenir de nuestras propias vidas.

Acerca de Carlos Moreno

Me pego horas pegado al sofá viendo películas y series, disfruto con ese olor a palomitas que desprende un cine y, ya que estamos, quiero aportar un granito de arena con mi humilde visión de la industria. Soy Licenciado en Periodismo y vivo en el paraíso (Canarias), así que no le puedo pedir más a la vida.

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