Cuando uno piensa en La Guerra de las Galaxias, no puede evitar pensar también en el cuento de La gallina de los huevos de oro. George Lucas ha exprimido tanto y de tantas imaginativas maneras su franquicia que sólo le queda destriparla para tratar de buscar la mina que oculta en su interior. Dejando de lado los muñecos, videojuegos, series, mobiliario y demás merchandising al borde de lo absurdo, las sucesivas reediciones de las películas de la saga han servido para enfadar a los fans más «estrictos» y para engrosar las cuentas del director y productor.
Ahora llega a nuestro país La Amenaza Fantasma (Episodio I de Star Wars) en 3D y con tal motivo los chicos de Fox España nos invitaron a un evento de presentación en Kinépolis Madrid.
Bienvenida sea la nueva generación:
Uno de los atractivos que se nos presentaron a los fans de la saga fue la posibilidad de probar en exclusiva el nuevo juego para Kinect basado en las películas. La actual generación de consolas (con la Wii como principal innovadora) ha apostado fuerte por una manera mucho más activa de acercarse a los videojuegos. Al margen de los gustos personales y la habilidad de cada uno, resulta muy divertido poder blandir tu sable láser con el nivel de realismo que nos ofrece la consola de Microsoft.
El detalle vistoso de la jornada lo puso la gente de la Spanish Garrison 501st Legion, un grupo de fans con mayúsculas de la saga espacial que, disfrazados de varios personajes de las películas, hicieron acto de presencia para entregar un cheque a la Fundación Aladina.
Letras en 3D… y poco más:
El capítulo de las cosas interesantes del día acaba aquí. Y es que el 3D brilla por su ausencia en esta reedición de una de las peores películas de la saga (Jar Jar Binks es, probablemente, uno de los personajes más odiados de la historia del cine) Tiene su lógica: las películas no se rodaron con la tecnología que existe hoy en día y su reconversión a las tres dimensiones es difícil, cara y el resultado final nunca será el mismo que el de Avatar.
Entonces surge la pregunta: Si no se pueden hacer las cosas como se debería, ¿para qué hacerlas y estafar a los aficionados?
La gallina de los huevos de oro ve acercarse con terror a su dueño con un cuchillo.
Foto: RJ PROUS
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