Leemos en The Hollywood Reporter una noticia ciertamente inquietante. En 1900 L. Frank Baum escribió la popular novela para niños El Mago de Oz y según las leyes americanas de copyright a los 70 años de la muerte del autor, sus creaciones pasan a ser de dominio público, con lo que (al morir Baum en 1919) El Mago de Oz pasaría a considerarse de dominio público desde 1989. Lo cual ha dado lugar a numerosos homenajes y a que en la actualidad existan en Hollywood nueve proyectos relacionados con la novela, incluida una película de elevado presupuesto que dirigirá Sam Raimi y protagonizará James Franco en el papel del mago.
Hace cinco años AVELA, una compañía de venta de productos nostálgicos-retro estadounidense, sacó una serie de productos basados en la película de 1939, en Lo que el Viento se Llevó y en Tom y Jerry, lo cual le valió una demanda por parte de Warner Bros. Ayer se hizo público el veredicto, que exime a AVELA al no estar los carteles de la época (el material utilizado) protegidos por derechos de autor. Todo habría quedado así de no ser por un apartado de la sentencia, que ha provocado multitud de reacciones en contra.
Y es que se reconoce a Warner Bros. como propietaria de «los rasgos de los personajes de Dorothy, el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde«. Esto se traduce en que cualquiera puede adaptar la obra, pero se ha de tener un especial cuidado en no acercarse a las maneras de ser de la película protagonizada por Judy Garland en 1939 (el copyright para obras creadas para una compañía dura 120 años, es decir, hasta 2059), lo cual supone todo un reto para la película de Raimi, que se supone un homenaje a la de los años 30, pero está producida por Disney, rival directa de Warner Bros.
Warner Bros. se ha negado a declarar si utilizará esta sentencia en contra de las películas de compañías rivales.
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