La editorial Nuevo Nueve nos trae una interesantísima propuesta que rescata uno de los cuentos «olvidados» recopilados por los hermanos Grimm. Si hacemos memoria de los cuentos de hadas inmortalizados por los alemanes enseguida pensamos en títulos como Rapunzel, Blancanieves, Pulgarcito, Juan sin miedo o Hänsel y Gretel, pero si nos hablan de Bestia peluda (o Allerleirauh) muchos arquearemos la ceja. Y eso que cuenta con otras tantas versiones, como Piel de asno de Charles Perrault o La princesa con la estrella de oro en la frente de Božena Němcová.
«Lo siento, pero al final voy a tener que devorarte«
Por ello, y para que no se pierda la magia (la contraportada del cómic tampoco revela ningún detalle de la sinopsis), vamos a omitir cualquier comentario acerca del argumento. Baste decir que Stéphane Fert reimagina reimagina el cuento hasta dar con una historia que, sin olvidarse del material original, encuentra su propia voz y es capaz de ofrecernos algo diferente y que enriquece la mitología que hay alrededor de la historia.
Fert actualiza el discurso y la moraleja para adecuarlos a las sensibilidades actuales, imprimiéndole mucha importancia a cuestiones como la identidad y la libertad individual. El amor también tiene su espacio en Piel de mil bestias, pero con una mirada abierta, que va de lo platónico a lo más oscuro y enfermizo, señalando su capacidad para sacar a relucir lo mejor y lo peor de nosotros mismos. A este respecto el relato goza de un carácter un tanto siniestro en alguno de sus pasajes que -de forma muy inteligente- no hace sino potenciar el espíritu fantástico y de fábula que se les presupone a los cuentos de hadas tradicionales y que en esta adaptación lo encontramos en abundancia (de lo que se beneficia tanto el texto como el dibujo, a través de algunas composiciones muy originales).
Ante todo Piel de mil bestias es un cuento que apela a nuestra imaginación y a nuestros sueños, para lo cual se atreve incluso a jugar con elementos de metaficción con los que nos regala también un bonito reconocimiento al poder de la narrativa para escribir el mundo.
Deja un comentario: