«Eso te lo aseguro. Lo he presenciado«

Hace un par de días os hablaba de autores noveles dando sus primeros pasos en la industria editorial de mano de la Planeta Manga y, sin haberlo planeado, hoy cae en mis manos El Amanecer de las Sombras, el cómic que (con Nacho Arranz como padrino y con un guión de Lorenzo Díaz) los alumnos del curso online de Cómic y Narrativa de la Nacho Arranz Academy nos presentan a través de la buena gente de Nuevo Nueve. Lo que tenemos entre manos no es cien por cien profesional y, de hecho, le veremos de cuando en cuando las costuras, pero nos sirve para ver los primeros pasos de (quién sabe) la o las próximas estrellas del cómic nacional y, sin duda alguna, ha debido ser una experiencia sensacional para el grupo de ocho artistas que han puesto su corazón, su sudor y sus noches sin dormir en cada una de las páginas de esta historia de magia, violencia e inevitabilidad.

¿Con qué nos encontramos tras la portada del propio Arranz? Pues con una historia ciertamente original dentro de los clichés sobre los que aparenta transitar. La sensación con la que salgo de su lectura se acerca a la que tuve hace ya décadas cuando caí en el mundo de la fantasía épica y los Reinos Olvidados con la novela de El Tatuaje Azul. Lo que en apariencia era un relato de aventuras sin más doblez terminaba cautivándome y haciendo que deseara saber más, sobre el mundo que se abría ante mí y sobre los personajes que lo poblaban. El Amanecer de las Sombras no es la mejor lectura que encontraremos en la librería, pero cuenta una historia interesante y sienta las bases de un universo que no me importaría volver a recorrer en compañía de estos u otros protagonistas.

«Contra esto sí que sé como luchar«

Plantea el cómic una cosa que lleva una época llamándome la atención. Los orcos, una raza de fantasía creada para ser una representación de la bestialidad, el placer por la guerra y la crueldad, son cada vez más a menudo presentados como una raza de orgullosos guerreros más cercanos a los clásicos bárbaros de Dragones y Mazmorras que a los monstruos que nos presentara JRR Tolkien en El Señor de los Anillos. Entre la visión que nos llegó de la Tierra Media y la edulcorada del Warcraft de Duncan Jones se sitúa la raza que en este cómic lucha para expulsar a los humanos, elfos y enanos de las tierras que una vez fueron suyas y que nuestros congéneres ocuparon aprovechándose de la fascinación que provocaba si tecnología y la desunión entre las diferentes tribus orcas. Es como si a los nativos americanos se les hincharan un buen día los mismísimos y decidieran darle una patada en el culo a todos los que han contaminado la que fuera su tierra y destruido el que fue su apacible modo de vida durante cientos de años.

El Amanecer de las Sombras

Poco más os contaré sobre la trama (habréis de leer el cómic para descubrirlo). Cada uno de los alumnos implicados (que también merecen mención en este artículo y paso a enumerar: Melina Villaverde, Raúl García, Eduardo Gutiérrez, Jessica Silván, Carlos Rivera, Iván Herranz, Ángel Castro y Fran Duque) se ocupa de un conjunto de diez páginas, con lo que el estilo de dibujo varía cada cierto tiempo, acomodándose al del artista encargado, pero sin descuidar una cierta continuidad. Y lo dicho, al cómic se le ven las costuras aquí y allá, pero (salvo en una batalla cuya narrativa visual me confundió ligeramente y algunos errores de rotulación) me parece un excelente trabajo para -recordemos- un equipo de personas para las que esta ha representado la primera aventura editorial. Me alegra muchísimo que en nuestro país aparezcan proyectos como éste, que apuestan no ya por los nuevos valores en alza, sino por los que aún están por eclosionar. Bravo.