«¡Ya no puedo reírme sin tener una pequeña fuga…!«

Hace algo más de diez años reseñé para La Noche Americana Peret que Buscaba a la Muerte. Recuerdo que me dolió el corazón y que lloré un poco con ese cómic del difunto Zar en el que un niño se preguntaba el por qué de la muerte de su padre y trataba de obtener respuestas desde su misma fuente. Hoy llega a mis manos Shadow Life, de Hiromi Goto y Ann Xu, y me vuelvo a encontrar conmovido por una historia en la que la muerte sobrevuela y se enreda con sus protagonistas y que, en esta ocasión, se termina convirtiendo en un bellísimo canto a la vida más allá de los setenta y tantos. El cómic que pone a la venta Nuevo Nueve no sólo provoca que se nos escape alguna que otra lágrima, sino que reconforta y abraza, presentándonos un mundo ligeramente más amable de lo que percibimos, donde hay muy buena gente por todas partes, si uno se para a verlo y a esquivar todos los prejuicios que nos rodean.

Shadow Life me hace pensar en cada una de mis abuelas. Una de ellas nos dejó un soleado día de 2020, sola y triste en una residencia, lejos de quienes la querían y aislada por culpa de un malnacido virus que no sólo mataba a quienes acababa infectando, sino a otros muchos, que se fueron sin hacer tanto ruido. Mi abuela Teresa era una artista que continuó pintando hasta que las cataratas la impidieron ver qué había más allá del extremo del pincel y descubrí en ella a una poetisa el mismo día que ella decidió compartir conmigo sus poemas cuando descubrió que yo también me dedicaba aquella cosa del rimar. Me decía que ella siempre quiso nacer hombre en un mundo en el que las mujeres pocas posibilidades tenían de crecer, estudiar y medrar. La otra sale mañana del hospital, habiendo derrotado una vez más a la sombra que desde hace unos años la persigue. Mi abuela Julia me recuerda en parte a la maravillosa y fuerte Kumiko. Dura como una roca aunque lo que muestre al exterior sean una infinitas bondad y ternura. Con una pierna menos desde hace un par de años y aún así habiendo visto nacer a su sexto bisnieto hace poco más de un mes.

«No es justo. Tengo derecho a más tiempo«

Goto refleja en su historia a la perfección ese equilibrio entre la dureza de quien ya está de vuelta de casi todo y la dulzura y la sabiduría de aquellas que saben que el verdadero secreto de la vida yace entre las buenas palabras y los gestos amables que tenemos para con quienes nos rodean. Kumiko quizás no sea la clase de heroína que estamos acostumbrados a leer en los cómics, pero es sin duda alguna un maravilloso personaje del que enamorarse y sobre el que leer extasiado. Es una protagonista a la que da gusto seguir mientras hace cosas tan básicas como comprar una aspiradora o nadar en una piscina pública y a la que se apoya sin reservas cuando las cosas comienzan a ponerse más serias en esta suerte de cruce entre el manga y el cómic de corte europeo.

Shadow Life

El realismo mágico de Shadow Life nos hace disfrutar a la vez del goce de la vida más allá de la tercera edad y de la lucha constante que supone mantenernos un minuto más sobre este planeta que llamamos Tierra. Supone un perfecto punto de partida para reflexionar sobre lo mucho que penamos por cosas nimias al tiempo que nos anima a vivir sin remordimientos. Es una llamada a la reflexión sobre cómo queremos envejecer a la vez que celebra a nuestros mayores. Y es un cálido abrazo a todas las abuelas del mundo, heroínas de sus propias historias.