Panini Cómics nos trae la segunda grapa de la cabecera arácnida que comanda de nuevo Dan Slott y que tiene por misión (al menos a corto plazo) de relatarnos El fin de Universo Spiderman. ¿Quién mejor que el responsable del multiverso arácnido para contarnos su final?

«Me encanta cuando canta. ¡Ahora yo!«

Hechas ya todas las presentaciones (salvo sorpresa mayúscula es complicado que se nos presente ningún actor invitado nuevo) y puestas sobre la mesa las motivaciones de cada bando (estas son fáciles: matar y sobrevivir), Slott y el dibujante Mark Bagley se meten de lleno en explorar este conflicto multiversal entre arañas y avispas.

Claro, con esta suerte de naturaleza de fanfic que tiene la saga, es inevitable que las opiniones estén sesgadas por las filias y fobias hacia las diferentes variantes. Así, en mi caso, sigo sin estar convencido de ese Spider-Kraven tan alejado de su esencia salvo por sus arrogantes maneras, mientras que la Spider-Felicia me tiene entusiasmado llevando eso del «todo el poder, ninguna responsabilidad» a los delitos de guante blanco.

Número muy centrado en desarrollar la acción y en organizar a los personajes en pequeños grupos para construir sus respectivas mini tramas, se aborda poco la mitología del spiderverso, más allá de apuntar detalles acerca de la naturaleza totémica de las arañas (la mención a Doctor Extraño no tiene desperdicio). Y no deja de resultar curioso el enfoque mágico o místico del argumento (y de todo lo relacionado con los herederos y la red de la vida), cuando Spidey siempre ha mostrado cierta alergia ante cuestiones esotéricas.

El fin de Universo Siderman no ofrece el más original de los argumentos (de hecho su esquema repite lo visto en las anteriores iteraciones del spidervero) y salvo alguna excepción muy concreta, las variantes protagonistas difícilmente aportan al imaginario arácnido; pero Dan Slott sigue siendo Dan Slott y pocos autores le tienen tomada la medida a Peter Parker como él. De esta forma, hasta el lector más exigente sabrá reconocerle su oficio para mantenernos expectantes ante una saga que, en otras manos, ya le estaríamos pidiendo cuentas.