En esta segunda entrega que publica Panini Cómics (que incluye relatos de los números #2-4 de la edición original de Marvel Comics), se afianzan algunas de las pistas que nos daba el primer número y queda más o menos esclarecida cuál será la amenaza a la que se enfrentarán las arañas del multiverso en El fin de Universo Spiderman.
«El traje está bien, pero, ¿una capucha? ¿en serio?«
Seguimos con la estructura de presentar varias pequeñas historias que ilustran distintos rincones de la red de la vida y van tejiendo los parámetros que regirán la historia en adelante. Y, a diferencia de lo visto en el primer número, los relatos aquí incluidos tienen bastante miga. Dan Slott firma tres de ellos (hay un total de ocho), siendo el más importante el segundo, Un solo hilo, porque cimienta la mitología sobre la que versará el evento y añade interesantes capas a lo que ya conocíamos acerca del spiderverso. Slott, además, recupera personajes de épocas anteriores que enriquecen más la aventura.
Respecto a sus otras dos incursiones en este número, la primera presenta a un personaje que ojalá tenga continuidad más allá del evento; mientras que la tercera crea todo un universo para uno de los inventos más absurdos que ha dado la cabecera. Y la verdad es que tiene bastante gracia.
¿Qué más? Tenemos de vuelta a dos viejos conocidos del spiderverso que no podían perderse la fiesta guionizadas por Mallory Rosenthal y por Nikesh Shukla (arropado este por un buen número de dibujantes, entre los que está el español David Baldeón). Otra protagonizada por otro habitual, pero esta vez en clave de comedia escrita por Jordan Blum (showrunner de M.O.D.O.K.). Otra que echa una mirada al universo de Masacre Samurái, orquestada por los autores del mismo y una historieta de Chris Giarrusso que no solo nos garantiza unas carcajadas, sino que resume estupendamente las líneas maestras de Universo Spiderman y la amenaza que se cierne sobre este.
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