«… al país ya no le importaban los cotilleos mundanos, porque el país estaba simple y llanamente desapareciendo«
Tengo la sensación de que algún día, más cercano o más lejano, Hollywood, Europa o quien tenga entonces en su mano la capacidad para producir series, películas (o lo que quiera consumirse entonces) descubrirán la cantidad de historias que hay todavía por contar sobre el continente africano. Es más, puede que ese día esté llegando ya, con cintas como la de La Mujer Rey, que ya no necesitan irse a lugares como Ruanda o las minas de diamantes de Sierra Leona para llamar la atención del mundo. Dicho de otro modo, los europeos y los americanos llevamos tanto tiempo recreándonos en las mismas historias de nuestro pasado que llega un momento en el que conocer la Historia de África, Asia o toda la parte de América que queda más allá de la frontera estadounidense deja de antojarse un viaje hacia el exotismo para convertirse en un necesario paseo por la iluminación que ofrece el conocimiento de quienes no dejan de ser nuestros vecinos.
T’Zée: Una Tragedia Africana no se sitúa en un país concreto del gran continente más allá del Mar Mediterráneo, sino que se vale de una serie de detalles que son comunes a la inmensa extensión de tierra que fuera colonizada por los europeos hasta finales del siglo XIX para contar una historia que no deja de ser algo tan viejo como la clásica tragedia griega, pero que se mezcla con la tradición y la fe ancestral de las tierras que se hunden en la selva africana para proponer un cuento que nos va a sonar a la vez nuevo y mil veces contado, como sucede muchas veces con los mejores cuentos.
«Pero el viejo dictador no quiere saber nada de eso«
El cómic que nos trae Nuevo Nueve cuenta una historia que es fácil de reconocer y que nos va a hacer tomar partido y empatizar con tal o cual personaje muy rápidamente. Esa es la idea y eso es lo que se pretende: pronto olvidamos el subtítulo de Una Tragedia Africana para quedarnos tan solo con la palabra ‘tragedia’. Y un servidor se descubre a sí mismo deseando haber dispuesto de más tiempo para conocer a todos los personajes involucrados… y un poco más también del país ficticio en el que Appollo y Brüno (guionista y dibujante de esta novela gráfica respectivamente) sitúan toda la trama de este álbum. Es precisamente de la pena que me da no haber dispuesto de más tiempo para conocer más sobre Gbado, sobre el río que rodea al palacio y sobre todo lo que se sitúa como telón de fondo de este cómic de donde viene la certeza con la que he abierto este artículo.
Termina T’Zée: Una Tragedia Africana con un texto de Appollo en el que desgrana la serie de sucesos que precedieron y sirvieron de germen para este cómic. Y os recomiendo leerlo con tanta atención como deberíais haber leído el resto de esta historia, porque en esos párrafos está el anzuelo definitivo para seguir queriendo conocer más acerca de África y todos los secretos que durante décadas los europeos nos hemos afanado por no ver. T’Zée: Una Tragedia Africana puede que no sea el mejor cómic de vuestras vidas, pero sí que podría convertirse en la puerta a algo mucho más grande.
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