Easy Breezy

Easy Breezy: Lo que da gusto leer

Easy Breezy«¡¿Creíste que podrías salvarte con estos dientes podridos?!«

 

A veces, cuando toca tirarse una etapa larga con reseñas de cómics de capas o de mangas shonen, pese a la calidad individual de cada obra por separado, uno siente que no deja de ver una y otra vez lo mismo. Es por ello que siempre merece la pena dejarse caer por otros barrios, por otros estilos y otras maneras de contar las historias, para ampliar nuestros horizontes y para leer cosas distintas que, nunca se sabe, puede que algún día veamos asociadas o inspirando a alguno de los éxitos mainstream que mencionaba antes. Nuevo Nueve nos trae ahora Easy Breezy, de la autora de origen chino Yi Yang, y ya desde su primera página uno ha de quitarse las telarañas de la lectura habitual para enfrentarse a algo que es tan diferente como reconocible. Una pequeña joya con una pequeña gran historia para leer entre tanto crossover superheroico y adolescente con poderes en busca de hacerse mayor.

 

Easy Breezy nos cuenta una aventura muy sencilla que seguro que os suena de aquí y allá. Un matón de instituto y su tío (un ladrón de poca monta y apostador sin suerte) secuestran a un chaval (un compañero de colegio del matón sin amigos ni demasiadas esperanzas en la vida) que es testigo cuando deciden robar una furgoneta en la que, como descubren demasiado tarde, también hay una niña pequeña e inocente que, como no podía ser de otra forma, se convierte en el motor para el cambio en las vidas de estos tres personajes. Sencillo. La trama se va escribiendo sola. Pero es que la lectura es tan ágil y es tan fácil empatizar con cada personaje y disfrutar con cada imagen que uno no se da ni cuenta de cuando al final se ha terminado este tomo.

 

«Me pregunto cuál de los dos es más tonto…«

 

Yi Yang utiliza un estilo feísta que abunda en las deformaciones y en las expresiones imposibles. Pero la cosa es que le funciona como un tiro. Es extremadamente divertido leer Easy Breezy en parte por ilustraciones como la que acompaña a esta reseña. El traficante, o mafioso, del desguace, con su aspecto de Jabba el Hutt, la viñeta con las caras de los personajes al descubrir la identidad del dueño de la furgoneta… Hay decenas de momentos que se quedan en la retina del lector y que hacen de esta lectura un auténtico placer. La manera en que el argumento se desenvuelve ante nuestros ojos, la manera en que se resuelve y el crecimiento que se observa al final en cada uno de los personajes nos hacen abandonar la lectura con una sonrisa en el rostro… Y esto convierte a Easy Breezy en un raro tesoro en estos días grises que nos ha tocado vivir.

 

Easy Breezy

Easy Breezy

 

Además, Easy Breezy nos permite viajar sin salir de casa. A la China natal de la autora (concretamente a Benxi, donde tiene lugar la acción) a través de sus calles, sus bares, sus colegios y sus escenas cotidianas (se aprende más a través de los momentos de normalidad en la historia que en medio de la acción principal) y a la Italia donde reside actualmente Yang. Y es que el cómic despide un fuerte aroma a cómic europeo por más que la acción nos lleve tan lejos. Todo ventajas. Un regalo que merece la pena hacerse a uno mismo.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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