Kaiju No.8 #3

Kaiju No. 8 #2-3: Lo espectacular por bandera

Kaiju No. 8 #2«¡Quiero ser la clase de compañero que protege con todo a sus camaradas!«

 

Tiene Kaiju No. 8 algo que la hace parecerse al manga Bleach de Tite Kubo. La serie de Naoya Matsumoto que publica en España Planeta Cómic, como ya ocurriera con la difunta colección de la Shonen Jump que vio la luz entre 2001 y 2016, no escatima en imágenes que se quedan en la retina del lector. Matsumoto, como Kubo, es un gran diseñador de momentos espectaculares en páginas con muy poco texto y una acción dibujada con mimo y destinada a hipnotizar. Lo maravilloso de esto es que cada tomo de esta serie es para releerlo un par de veces y quedarnos con nuestras imágenes favoritas. Lo malo es que pueden ocurrirte dos cosas como no tengas cuidado: que uno se lea un capítulo con la sensación de que no ha avanzado la trama para nada (esto, sumado a lo repetitivo de las historias, fue lo que mató a Bleach) o que la lectura se haga tan rápida que uno se quede con la sensación de que ha invertido los casi ocho euros que cuesta cada número en apenas veinte minutos de diversión.

 

De momento ni lo uno ni lo otro. Kaiju No. 8 lleva tres tomos y está siguiendo una estructura muy similar a la de otros shonen, con un primer arco argumental más cortito para presentar, una segunda trama que sirve para poner a los protagonistas sobre el escenario real que van a pisar durante toda la serie y un tercer arco (que comienza en Kaiju No. 8 #3 y que se prolongará al menos durante todo el próximo tomo) que sirve como primera aventura de envergadura y que de verdad va a obligar a los personajes a dar lo mejor de sí mismos. Así, el manga (que verá la luz como serie animada el próximo año de la mano de Production I.G., los que animaron Haikyû!!), logra asentarse como una gran opción de lectura, pese a no haberse convertido en la gran sensación que la editorial nos hizo creer que iba a ser (¡qué sorpresa!) y empieza a mostrar sus virtudes que lo diferencian del resto de colecciones y que pueden ser determinantes a la hora de decidir qué nueva colección comenzar.

 

«Tendré al menos ese 1% de expectativas en ti«

 

La primera ya la he comentado: Kaiju No. 8 entra muy bien por los ojos, pero es que, además, Planeta Cómic nos trae una excelente edición que cuenta con ilustraciones extra bajo las sobrecubiertas y que reúne también las ilustraciones a color que de cuando en cuando el autor deja caer por la app de Manga PLUS (sobre todo las semanas en las que no se publica un nuevo capítulo de su serie). Esto hace que Kaiju No. 8 sea una colección que da gusto tener en la estantería y una que, como ya dije, mola volver a repasar de cuando en cuando para volver a disfrutar de algunas de sus mejores escenas.

 

Kaiju No.8 #3

Kaiju No.8 #3

 

Otra de sus principales armas es su protagonista. Kafka se aleja muchísimo de lo que suele ser el principal personaje de una serie shonen. Con veintiocho años, hace ya unos cuantos que dejó de ser el adolescente para el que, se supone, van dirigidas estas historias. Esto me hace volver a recordar aquella vez, hace años, en la que un simpático señor de DC decidió rebajar la edad de los superhéroes y evitar que se vieran envueltos en tramas adultas (como bodas o aquello de tener hijos) porque los chavales no iban a sentirse identificados con ellos. Bueno, todos sabemos el gran éxito que tuvo aquella idea de bombero y esta serie viene a corroborar que un chaval (o un lector de cualquier otra edad) puede empatizar con un personaje de cualquier edad siempre que cumpla con otra multitud de posibles detalles. Y los objetivos y motivaciones de Kafka no pueden ser más estándar dentro del mundo del shonen. Con todo, me hace gracia que es su gran amigo, Reno, el que mejor encaja en la definición de héroe shonen y, sin embargo, el autor decide apartarlo ligeramente y poner el foco sobre su compañero el monstruo. Es algo que, viendo otras series como My Hero Academia, parece estar siendo una tendencia en Japón y lo cierto es que abre un mundo de posibilidades para los creativos y hace que la lectura de manga pocas veces haya sido tan interesante como lo es en la actualidad.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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