Panini Cómics recopila el penúltimo capítulo del Jason Aaron asgardiano en su línea Marvel Now! Deluxe. Y decimos penúltimo capítulo porque aunque La Guerra de los Reinos fue publicado como un evento que englobaba a buena parte de la tropa marvelita, sus inicios y su razón de ser nacen irremediablemente de Thor y de la larga etapa de Aaron al frente de sus aventuras.

«¿Y cuántos elfos oscuros dirías que vale una diosa?«

Esta dependencia está muy presente desde el principio, pues la aventura que nos ocupa arranca ya con la cacareada guerra entrando en su fase definitiva pasando de ser una «guerra de los reinos» a «la batalla del décimo reino», Midgard. Los Vengadores, los 4 Fantásticos, algún mutante desorientado y vigilantes urbanos como Daredevil unen sus fuerzas a la resistencia asgardiana para intentar frenar a la desesperada a Malekith, quien está a un paso de conquistarlo todo.

La Guerra de los Reinos #3

El tomo empieza ya metido en faena y, además, hay mucha acción que se cuenta entre bambalinas; es decir, entre capítulo y capítulo hay evidentes saltos en la narración, consecuencia de que algunos de los hechos se contaban en las distintas series regulares. Sin embargo, lo importante está recogido en la miniserie. Aunque falte cierto contexto inicial es relativamente sencillo meterse en harina. Además, el cómic avanza a un ritmo endiablado, apoyado por el siempre excelso trabajo de Russell Dauterman a los lápices.

Pero, y aquí va un tirón de orejas, conociendo de antemano los condicionantes a los que se enfrentaba La Guerra de los Reinos, el texto de introducción debería haber versado acerca de las herramientas necesarias para afrontar la lectura sin lagunas (pues no todo el que se acerque al tomo ha leído o leerá la larguísima etapa de Jason Aaron en Thor). La autora, actuando como un verso libre (como es habitual en ella), presenta un texto que como ensayo final podría funcionar, pero no resulta útil como introducción.

La Guerra de los Reinos #1

Volviendo a lo que nos interesa, La Guerra de los Reinos supone un punto de inflexión muy interesante en la figura de Thor e inicia la cuenta atrás a la despedida de Aaron en tierras asgardianas (tras esto, le quedaría por narrar una última aventura con el Dios del Trueno antes de embarcarse con Vengadores). Pero a pesar de la escala del evento, este resulta poco dramático. Es decir, más allá de algún guiño a lo que estaría por venir (en concreto la invasión de Knull), fuera del entorno de Asgard su impacto a medio plazo es más bien limitado. Queda, en este sentido, relegado a evento menor. Igualmente disfrutable, pero poco trascendente.