«¿Por qué no salimos con los críos este fin de semana?«

Se hablaba en Marvel de volver a contar la historia del Castigador para redefinirlo frente a la usurpación de sus símbolos por parte de los más descerebrados de entre los imbéciles que pisan la faz de la Tierra y, tras once números desde que se comenzara a publicar en nuestro país de la mano de Panini, mi duda es si va a quedar algo del personaje a partir de ahora en la editorial. Y es que la labor de desmontaje, desmembramiento y des-iconización del personaje que ha emprendido Jason Aaron está siendo aún más implacable de lo que cabría esperar en un principio y mucho me temo que el Castigador que emerja de toda esta historia (si es que emerge alguno) se parezca bien poco al Frank Castle que todos hemos conocido desde la creación del personaje allá por mediados de los años setenta en las páginas de The Amazing Spider-Man.

Contemplamos en El Castigador #11 el enfrentamiento de nuestro protagonista contra algunos de los Héroes Más Poderosos de la Tierra y desde que vimos la portada de este número hace treinta días pensamos en que esta batalla sería el punto álgido del cómic o, al menos, marcaría un gran cisma entre el Castigador y una serie de personaje que han colaborado con él a regañadientes en el pasado y que ahora ya no pueden mirar hacia otro lado ante la magnitud de sus acciones. Sin embargo, Aaron se guardaba una gran carta para jugarla justo en este momento. Y es que la historia que nos ha estado contando del pasado del personaje hasta este punto se funde con el presente para mostrarnos el terror de Maria Castle al descubrir las atrocidades que su marido ha llevado a cabo a lo largo de los últimos (¿cincuenta?) años en su nombre y en el de sus hijos.

«Enséñame qué ha hecho en nuestro nombre«

La imagen de Jesús Saiz con la que queda ilustrado este momento es tremenda y ella, junto con la revisión de la matanza del parque que dibuja Paul Azaceta, se basta y se sobra para indicarnos que aquí es donde de verdad se encuentra el misil tierra-aire lanzado sobre el personaje desde la editorial norteamericana. Porque toda la guerra de Castle durante las cinco últimas décadas se ha sustentado en la venganza por la muerte de su mujer y sus hijos y en su deseo porque nadie más deba pasar por ese trance. Pues bien, Aaron (en el que será su último trabajo para Marvel en algún tiempo) se ha ido encargando de echar por tierra el concepto de venganza para sustituirlo por algo más parecido a una enfermedad mental no tratada y ahora, para dar el golpe de gracia, le va a quitar al personaje (si todo sigue como parece que va a seguir) la excusa para seguir matando.

El Castigador #11

¿Puede sobrevivir el personaje a unos cambios tan dramáticos? O mejor aún. ¿Debe hacerlo? El órdago de la editorial es tremendo y, aunque no descarto para nada que Castle regrese en algún futuro, lo que aquí se nos ha relatado es tan potente que el personaje que regresará se va a parecer muy poco o nada al que conocemos de toda la vida… Eso, o nos encontraremos con que el Castigador se convierte del todo en uno más de los que pueblan la extensísima galería de villanos de la Casa de las Ideas. A lo largo de las últimas épocas unos cuantos que eran villanos (Magneto, Veneno e, incluso, en ocasiones Muerte) se han ido transformando en héroes o, por lo menos, en antihéroes. ¿Ha llegado el momento de ver como uno de los clásicos antihéroes callejeros norteamericanos se convierte en parte del problema?