«Tal vez cuando llegue a casa me haga otra«

Intensísimo este penúltimo número de la miniserie que viene casi a poner fin a Destino de X (sí, Caída de X está programada para después de la tercera Gala del Fuego Infernal, pero bueno). Los cinco añitos que Siniestro vaticinaba que duraría su búsqueda de los clones de Moria en el número anterior se convierten en novecientos años y, así, saltamos en esta entrega al final del primer milenio tras la jugada maestra de Nathaniel Essex que… le salió terriblemente mal. Lo que nos encontramos en esta enorme grapa de Panini (cuyo precio se acerca peligrosamente a los nueve eurazos) es un universo que se ha ido completamente al carajo, en el que facciones compuestas por los miembros pervertidos del Consejo Silencioso se han convertido en imperios, primero, y versiones corruptas y decadentes de los mismos, después.

En medio de este panorama, Siniestro y su mejor y más ambiciosa creación (Rasputín IV) siguen buscando los clones de Moria que le permitan a nuestro protagonista reiniciar la realidad (circunstancia de la que, por supuesto, su aliada no es consciente). Si en los tres primeros números de la miniserie el orden de lectura era claro y las correlaciones entre las tres cabeceras que la componen se dejaban notar, en esta penúltima entrega Kieron Gillen, Al Ewing y Si Spurrier se coordinan al máximo para contar una historia que va saltando de título en título sin que notemos la diferencia entre ellos más que por dónde se sitúa el narrador y el protagonista en cada caso. Así, en esta ocasión comenzamos con Inmoral X-Men #3 para saltar a continuación a Storm & the Brotherhood of Mutants #3 y terminar cerrando con la tercera entrega de Nightcrawlers.

«Hace miles de años, los Siniestros dispararon un objeto imparable para que atravesara el cerebro de un titán«

En el primer ‘capítulo’ nos encontramos, como ya decía, a Siniestro y Rasputín IV tras nueve siglos de búsqueda ininterrumpida. De ahí la acción pasará al último bastión de defensa contra las hordas de afectados por Siniestro, que verán como éste les visita y trae consigo su perdición y cerramos con la revelación de los planes de Madre Justa. Y son precisamente estos planes los que hacen que, de pronto, toda esta locura de crossover mutante adquiera una especial relevancia. Porque seamos realistas: el clon de Moria tarde o temprano fallecerá y eso, en principio, debería jugar en favor de Siniestro. Pero, ¿y si se pudiera de alguna forma influir en la manera en que el universo entero se reinicia con la muerte de Moria? ¿Y si, al igual que Siniestro ha estado enviándose mensajes a cada nuevo él con cada reinicio, alguien pudiera aprovecharse de ello? Ese alguien, con total seguridad, partiría con una gran ventaja en la nueva iteración del Universo 616.

Los Pecados de Siniestro #4

La idea detrás de esto es divertidísima y, sobre todo, tiene el potencial de afectar poderosamente al futuro de los hombres y mujeres X. Es éste uno de los motivos de que, aunque este mes tengamos entrega doble de la colección, no haya decidido aunar las reseñas bajo un mismo artículo (el otro motivo es que bastantes cosas pasan ya en cada compilación de series). Con independencia de cómo resuelvan Gillen, Ewing y Spurrier todo este lío en Los Pecados de Siniestro #5, lo cierto es que esta entrega nos planea un océano de jugosas posibilidades y la miniserie en general ya nos ha regalado personajes, motivaciones y mentalidades suficientes como para que el evento sea rescatado de cuando en cuando por la Casa de las Ideas a modo de cameos, aventuras sueltas o ‘what ifs…‘.