«¡Lamentable hijo de puerca infernal!«
¿Os acordáis de Mary Poppins? (Decidme que sí, no me hagáis sentir MÁS viejo). Y no, no me refiero a la de La Venganza de Mary Poppins, de 2018 (sé que no se titula así, pero esa película era una venganza en toda regla), sino a la original. A la de 1964. A la que Televisión Española ponía todas las Navidades como si no existieran más películas sobre la faz de la Tierra. Si os acordáis, al leer el título de esta reseña os habréis acordado de la canción que entonaban Julie Andrews y Dick Van Dyke, en cómo la letra, ya un trabalenguas de por sí, se iba acelerando compás tras compás obligándonos a seguirla con la lengua afuera y sin tratar de pensar demasiado. Así, justamente así, es como está funcionando el final de la etapa de Jason Aaron al frente de los Vengadores. Con un frenesí muy loco que nadie parece querer contener y que obliga a todos los actores a bailar cada vez más rápido hasta llegar agotados al gran estruendo final que llegará a nuestras librerías dentro de nada.
Aaron está tirando de manual de clichés e incluso se ha puesto a recuperar a personajes de cuando parecía que la Montaña de los Vengadores se convertiría en algo interesante que explorar. Sólo que algunos de estos personajes han regresado sin que sepamos muy bien por qué (o para qué) se han redimido y otros… Bueno, el título de Deus Ex Machina ya lo utilicé para un artículo del mes pasado. La cosa es hacer ruido, e ir cada vez más rápido, para que no nos dé apenas tiempo para pensar en lo que está sucediendo, en sus incongruencias y en las cosas que no terminan de sernos explicadas. Tiene que haber muchos fuegos artificiales. Y frases lapidarias. Lo que sea con tal de que dé tiempo para desencadenar la fiesta final que se viene.
«Las palabras son un último grito de redención para los que habían perdido el camino«
Me está recordando lo que aquí ocurre de una manera poderosa y para nada casual a toda la historia con el Muro de la Fuente que leíamos hace unos años en los cómics de DC. ¿Tendrá la rotura de este ‘muro’ consecuencias multiversales del calado de las que leímos en los tebeos de la Distinguida Competencia? ¿O quedará todo reducido a las páginas de esta colección? De momento todo a punta a lo segundo, pese a que el hecho de que aparezca, por fin, una amenaza que penda sobre las cabezas de todos los habitantes de la galaxia sería la excusa perfecta para dotar de un fondo común a todas las series de la Casa de las Ideas mientras que la de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra se centraba en el problema principal. Algo así como lo que ocurrió durante la etapa de Jonathan Hickman.
Nos quedamos ahora con un Mefisto híper-dopado (cosa que no cuenta ni como spoiler cuando se nos ha vendido por activa y por pasiva que era el malo malísimo de toda esta etapa) al que se tendrán que enfrentar los héroes que queden en pie para el mes que viene. Habrá personajes que caigan y otros que se alcen como nuevas promesas para los Vengadores. Lo típico en esta clase de eventos. Y ya entonces, con toda la etapa finalizada, podremos sentarnos a coger aliento y hacer cuentas de lo que hemos aprendido y lo que deseamos olvidar de esta prolongada estancia de un autor en una de las principales cabeceras marvelitas.
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