Las Chicas del Pillar

Las Chicas del Pillar: Secretos de alcoba

Las Chicas del Pillar«Ninguna desea hacerlo para siempre. Pero créeme, hay cosas peores ahí fuera«

 

Hoy nos vamos de prostíbulos. No, no me he vuelto loco ni me ha dado por apoyar el proxenetismo. Sino que hablo de que ha caído en nuestras manos Las Chicas del Pillar el nuevo cómic de Teresa Radice y Stefano Turconi en el que viajamos a la ciudad portuaria de Playmouth a principios del siglo XIX. En el conocemos a las integrantes de una casa de señoritas ‘de alto standing’ que atienden a aquellos caballeros y marineros que pueden permitírselo. Una visión muy colorista de una profesión que nunca ha gozado de prestigio ni ha andado escasa de abusos, miseria y terror. Aunque en una ciudad de paso en el año de 1810 hubiera sitios y situaciones peores para una chica abandonada a su suerte por la sociedad.

 

Salvado este escollo conceptual, Las Chicas del Pillar (que nos traen las buenas gentes de Nuevo Nueve) le sirve a sus autores para hacer una radiografía de la sociedad británica de aquella época, en la que el Imperio comenzaría a florecer hasta su apogeo ya en el siglo XX. A través de las prostitutas del Pillar to Post conocemos a indígenas de las colonias de ultramar, queda en nuestra retina la huella de las guerras napoleónicas y observamos el efecto de la época de los grandes exploradores británicos en las clases altas de la sociedad de aquellas tierras.

 

«¡Ya salió la voz de la verdad! ¡Vieja zorrilla!«

 

El cómic nos presenta a un grupo de chicas que actúa como una auténtica familia, pero en el que ninguna desea estar para siempre. Nos habla de una casa regentada por una mujer (prostituta retirada) y en la que el único varón es un maorí manco al que las chicas contratan en busca de protección. Como he dicho antes, esta manera de presentar los hechos tiende a ‘disneyficar‘ (y nunca mejor dicho dado el pasado de ambos autores en Topolino, la revista semanal de la casa del ratón Mickey, cuya influencia artística se deja notar en cada ilustración) una realidad que no debía tener mucho de amable, pero que cuesta analizar con rigor con los ojos de quien vive en el mundo que hay dos siglos después de lo que aquí se nos narra.

 

Las Chicas del Pillar

Las Chicas del Pillar

 

Si acaso, además, Las Chicas del Pillar reivindica el papel de sus protagonistas, que no renuncian a su futuro, se instruyen y culturizan a pesar de su situación y se muestran como mucho más humanas que la infinidad de hombres de alta cuna (y bajos principios morales) que visitan el burdel.

 

Nuevo Nueve edita un cómic de lectura rápida y absorbente del que me quedo con la duda de si habrá continuación (varias tramas quedan abiertas tras su última página). Completa la editorial, por si fuera podo, el álbum con una extensa galería de extras que nos permiten profundizar en los personajes y la época en que los sucesos aquí narrados se desarrollan.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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