Si ya sospechábamos que Apocalipsis sería una de las piezas fundamentales del evento, el propio Jonathan Hickman se encarga de corroborar tal extremo. Primero con la revelación con la que finalizó Excalibur #10, y ahora con las explicaciones de dicha revelación en la primera parte de este Merodeadores #10. La saga publicada por Panini Cómics se ha puesto al rojo vivo superado el ecuador de la misma.

«Por encima de todo… quiero Krakoa«

Merodeadores #10 sigue la estructura de grapa doble e incluye dos capítulos que corresponden a Patrulla-X #14 USA y Merodeadores #14 USA. El primero, como decíamos, supone la constatación de la importancia de Apocalipsis en el evento. No tanto por sus acciones actuales, sino por el milenario pasado que empezamos a atisbar en el arranque de Amanecer de X. Escrito por Hickman, el relato arroja luz acerca de la desconocida y sangrienta historia de Arakko, mostrando a Apocalipsis lo perdido. Pero también lo ganado: «Nosotros hemos construido algo, para todos los mutantes«. Krakoa y Arakko tienen más en común de lo que pudiera parecer a simple vista. Una surgida a partir de una idea, de una esperanza; otra forjada a fuego, pero ambas diferentes caras de una historia común.

Benjamin Percy y Gerry Duggan, por su parte, forman equipo en el segundo capítulo del cuaderno, que nos sitúa en la velada previa al comienzo de la contienda. Saturnina ve esta guerra como una suerte de espectáculo y quiere brindar una cena de gala a sus invitados. De esta forma, mutantes de uno y otro bando tienen tiempo para conocerse y analizarse en busca de puntos flacos y estrategias que aprovechar en la pelea que tendrá lugar solo unas horas después. En este distendido ambiente (todo lo que puede serlo cuando quienes interactúan luego tendrán que enfrentarse a muerte) hay tiempo para que los guionistas exploren las dinámicas entre unos y otros: desde rifirrafes entre aliados a divertidos juegos de habilidad entre rivales o tensos bailes entre quienes no podrán ser amantes.

Pero todo acaba cuando… el desenlace obliga a replantearse las ideas preconcebidas acerca de X de Espadas hasta el momento. Los autores hacen un movimiento que no vemos venir y dejan un cliffhanger de infarto a las puertas del último tercio de la saga.