Paul Jenkins cierra su etapa al frente de Peter Parker: Spider-Man con una historia que se nos graba en la retina.

El tercer (y último) volumen que Panini Cómics dedica a la etapa de Paul Jenkins al frente de Peter Parker: Spider-Man no puede ser mejor. Sin duda, una despedida por todo lo alto que ensalza las virtudes de los libros anteriores y que sube la apuesta con una historia que conjuga altas dosis de humor y un tono oscuro que ya quisieran para sí otros muchos personajes.

El dibujante Mark Buckingham queda relegado a un papel decundario en este recopilatorio, firmando la pequeña historia (La gran pregunta / La gran respuesta) en la que nuestro héroe muestra su lado más comprometido con las causas sociales, y la estupenda Y aquí es cuando empiezan mis problemas…, un número especial (el #50 de la cabecera) en el que Peter y la tía May se arman de valor para contarse muchas verdades, algunas dolorosas y otras que con la perspectiva que supone conocer todos los hechos, adquieren un matiz muy divertido.

El dibujante que toma el relevo de Buckingham en este volumen no es otro que el dibujante titular de la franquicia arácnida en estos momentos: Humberto Ramos. Aunque aquí su trabajo sea más tosco y detalles como los ojos de los protagonistas aún tuviera que pulirlos, su estilo ya resulta inconfundible y dota a sus relatos de una identidad muy característica. Ramos es el encargado de dibujar el enésimo enfrentamiento entre el Duende Verde y Spider-Man, Una muerte en la familia. Paul Jenkins demuestra que aún tenía un as bajo la manga después de lo que nos narró en el libro anterior y ahora lleva el conflicto a una escala superior, ya que Osborn está dispuesto a hacer lo que sea para quebrar a su némesis y convertirlo en su heredero. De una mente retorcida como la suya solo se puede esperar lo peor… y es lo que nos ofrecen Jenkis y Ramos. Aunque no lleven la batalla hasta sus últimas consecuencias meten el miedo al lector durante gran parte de la historia.

Un relato terrorífico no exento de cierta moraleja y de un humor negro muy agradecido con quienes lleguen al final de la aventura sin haberse comido todas las uñas.

El propio Jenkins, junto a Zeb Wells ofrecen, en la segunda mitad del tomo, otra gran aventura dividida en tres partes que, con un tono más humorístico, mete de lleno al trepamuros en un reality… y hasta aquí podemos leer. Un divertido relato que define el interesante equilibrio en la composición del libro, con una primera parte más oscura y una segunda que abraza el lado más afable de la araña. Algo que demuestra bien la historia tejida por Wells con Hidroman y El Conmocionador como protagonistas. Porque la crisis también afecta a los supervillanos.

Y para cerrar esta etapa, una historia vibrante, surrealista, loca y desmedida… Renacido. Jenkins se acompaña nada menos que de Sam Kieth y se deja influir por su estilo para concebir un nuevo encuentro entre el Hombre de Arena y Spider-Man. Pero lejos de tener un guion plegado al dibujante, Paul Jenkins aprovecha la situación para desmontar y analizar en profundidad al arenoso villano, construyendo un completo retrato del mismo como pocas veces hemos visto. Un broche brillante para cerrar una espléndida etapa en la vida y aventuras de Peter Parker.