Es Thanos y es Jim Starlin, ¿qué puede salir mal? Aparentemente nada, porque El fin del universo Marvel es, precisamente eso, la historia en la que todo acaba… o no. Qué difícil es gestionar bien a un personaje como Thanos, uno que aspira a la omnipotencia y la ofrenda continúa a la Muerte, y qué bien ha sido capaz Starlin de retratarle a lo largo de los años. Este puede no ser el mejor de sus relatos, cosa que siempre entrará en el terreno de lo debatible pero que cuando se tiene el bagaje que tiene el autor sí parece evidente, pero sí es uno completo, que aborda conceptos fascinantes y que en sí mismo puede ser una espléndida puerta de entrada en su mitología para todos aquellos que lleguen hasta aquí picados por la curiosidad de la versión cinematográfica.

Y eso que al principio Starlln nos deja con la mosca detrás de la oreja. Thanos narra, ¿pero es Thanos el verdadero protagonista de esta historia? Lo es, y la forma en la que el autor nos lo va descubriendo es tan sosegada como acertada. No es El fin del universo Marvel, sobre todo en su primera mitad, un cómic de explosivas y espectaculares escenas de acción. De hecho, el lector que busque algo así probablemente se verá algo decepcionado cuando descubra el significado de los poderes que hay en liza y la nada revirada ejecución de algunos de los duelos más definitivos. Pero todo tiene tanta lógica que se asume con una naturalidad tremenda, incluso aunque el antagonista de esta historia parezca algo rebuscado en un baúl que no tiene demasiada originalidad, ya que villanos basados en la mitología egipcia hay unos cuantos.

Pero el caso es que Starlln hace que todo cuadre de la manera en la que más cómodo se ha encontrado siempre el autor: a través de la ciencia ficción. Por eso, y por paradójico que pueda resultar, El fin del universo Marvel no es un tebeo de superhéroes. Salen en la historia, desde luego, tienen un papel fundamental en varios pasajes del relato, pero la base es Thanos, su personalidad, la esencia del Titán Loco, y el mismo concepto del fin del universo del que habla el título. Es ahí donde Starlin sobresale, dando un tercio final de historia bastante notable, que además sabe dar sentido a todo lo anterior y ritmo al largo desfile de personajes con el que sazona el desarrollo de la primera mitad de este viaje y que, tampoco es malo decirlo, en algunos pasajes es demasiado pausado para la ambición final que demuestra.

Esto, en realidad, no difiere demasiado de lo que Starlin ha venido ofreciendo a lo largo de su trayectoria, lo que también habla de lo coherente que es este paso en su descomunal aproximación a Thanos a lo largo de décadas. Y aunque Starlin siempre ha sido mejor escritor que dibujante, cumple de manera sobrada con lo que se espera de esta brutal colección de personajes que ya se anuncia en la portada del libro. Es verdad que algunas de las más espectaculares páginas tienen algún que otro defecto de composición y perspectiva, pero el sabor clásico que desprende todo el cómic compensa de sobra todos esos pequeños detalles que podamos localizar.

Lo que ofrece El fin del Universo Marvel no es un relato alternativo, aunque Starlin, como otras veces, se permite el lujo de jugar abiertamente con esa idea, apostando además por aspectos cronológicamente discrepantes de algunos personajes. Ese jugueteo con la realidad es, al final, lo que uno espera. Y más después de la exposición que el propio Thanos hace en la primera página del cómic, en la que ya explica el final de una manera en la que deja abierto el panorama para que también haya unas cuantas sorpresas. Starlin y Thanos. No, la cosa no podía fallar dentro de tan magnífica combinación, incluso aunque asumamos que algo hay de redundante en la propuesta de El fin del universo Marvel. Pero es que este cómic no está pensado para cambiarlo todo, sino para prolongar el disfrute de un camino apabullante, el de autor y personaje.