El sexo de los ángeles / Astrid Berges-Frisbey

El sexo de los ángeles en el cine español

El amor y las relaciones de pareja son uno de los temas más recurrentes del cine, en todas sus vertientes: ya sea el inicio de un amorío, una pareja de dos hombres de mediana edad, un hombre y una mujer de distintos credos religiosos, una pasión que dura lo que una noche, un trío, un desengaño, una amistad en la que se confunden los sentimientos…

 

Sin embargo, esto no siempre ha sido así. El cine, reflejo siempre de la sociedad, se ha ido abriendo a nuevos enfoques y tipos de relaciones al mismo tiempo que la realidad ha ido aceptando que en la variedad y en dejar fluir los sentimientos sin prejuicios está la belleza. En ocasiones incluso (muchas) la mirada cinéfila ha ayudado a romper tapujos, mostrando el inmenso abanico de emociones (y realidades) que van ligadas al amor. Así, ya sea en tono dramático o de comedia, nuestra cinematografía siempre se ha interesado por reflejar el amor en pantalla.

 

Segunda piel, En 80 días, Ópera prima, Baílame el agua, La buena estrella, Átame, 3 metros sobre el cielo… son solo algunos ejemplos, al igual que los siete títulos que repasamos a continuación. Un reflejo de nuestras relaciones afectivas.

 

El Sexo de los Ángeles:

 

¡Abajo los tabúes! Esta es la máxima que persigue Xavier Villaverde en su cuarta película como director, la primera desde 2002. En esta ocasión narra la historia de Carla y Bruno, una joven pareja que al conocer a Rai deciden afrontar con valentía sus emociones, liberados de prejuicios y con la intensidad propia de la juventud. Contrario a lo que pueda parecer, el tema tratado en El sexo de los ángeles no ha sido abordado con frecuencia (al menos desde una perspectiva comercial), tal vez por la complejidad del mismo y por el miedo a caer en retratos sesgados y estereotipados. Aún así, cineastas de la talla de Bernardo Bertolucci (Soñadores, 2003) o más recientemente Tom Tykwer (3, 2010) han explorado estas relaciones desde una mirada más carnal y con mejor acogida por parte de la crítica y los festivales que por parte del público. Otros ejemplos menos recordados los encontramos en Castillos de cartón (con guión de Enrique Urbizu) o Tres formas de amar, protagonizada por Lara Flynn Boyle y Stephen Baldwin (hermanísimo de Alec Baldwin). El sexo de los ángeles, que se estrena en salas el próximo 4 de mayo, tendrá su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Miami (MIFF).

 

El Sexo de los Ángeles

 

La Flaqueza del Bolchevique:

 

Basada en la novela homónima de Lorenzo Silva, nos narra la relación platónica entre un hombre de mediana y edad y una adolescente que se conocen por azar. Desde la seminal Lolita de Nabokov, llevada al cine en dos ocasiones con distintos resultados, hasta la más amable subtrama protagonizada por Natalie Portman y Timothy Hutton en Beautiful Girls, hemos visto en pantalla incontables relaciones entre hombres maduros fascinados por jóvenes a las que como mínimo duplican en edad. Sin embargo quizá sea este el ejemplo que mejor describe el proceso que lleva a la parte adulta de la pareja a perder la cabeza por apenas una niña, con la que es capaz de tener conversaciones más interesantes que las que mantiene con las mujeres de su edad. Aunque el punto de vista sea aquí el de Luis Tosar, protagonista de la historia, la falta de malicia por parte del personaje femenino nos lleva a pensar que ella le corresponde igualmente y que ambos, a sabiendas de lo inapropiado de su relación, mantienen una distancia que con el tiempo se va tornando en lastre. Este es el primer trabajo de la actriz María Valverde que a sus 16 años consiguió el premio Goya a la actriz revelación en la edición de 2003.

 

La flaqueza del bolchevique

 

Amantes:

 

El triángulo amoroso es un recurso muy utilizado en el cine, debido a que la naturaleza conflictiva de esta estructura es muy propicia para el drama y por lo tanto genera el deseado interés del público. El director Vicente Aranda, conocido por elegir mostrar siempre el lado más terrenal de las relaciones amorosas, utiliza en Amantes el triángulo de una historia real, para contarnos como las bajas pasiones arrastran a un hombre a cometer delito y a su recatada novia a competir sexualmente con la desinhibida casera de su prometido. Amantes es sin duda la mejor película de Aranda, pero también es conocida por lo poco frecuente que es encontrar en el cine comercial las prácticas sexuales que en ella se describen y en las que juega un papel fundamental un pañuelo de bolsillo. La cinta incluye un arquetipo del cine negro tan clásico como efectivo. Victoria Abril da vida aquí a lo que se conoce como mujer fatal, quien valiéndose del sexo utiliza al primer incauto que cae en sus redes para lograr un fin interesado. El papel le valió el Goya a la mejor interpretación femenina en 1991.

 

Amantes

 

Habitación en Roma:

 

El sexo lésbico no abunda en la gran pantalla, o por lo menos no suele mostrarse de manera tan explícita y a la vez tan lúdica como en la cinta de Julio Medem. Aquí las dos protagonistas no dudan en dejarse llevar por la pasión repetidas veces mientras sacan partido a cada rincón de la habitación del hotel en el que se alojan. Lo interesante llega en los descansos, donde ambas van liando una madeja de mentiras para, de alguna manera, desnudarse aún más ante la otra. Lamentablemente no es el ejemplo más destacable del director, pero si uno de los que evocan un subgénero muy especial en el que la acción tiene lugar durante toda una noche. El ya clásico de Richard Linklater Antes del amanecer sería un referente menos tórrido aunque muy cercano, pero otros títulos como Jo que noche de Scorsese o American Grafitti de Lucas, son claros y muy distintos ejemplos de lo que puede dar de sí toda una noche en blanco. Habitación en Roma supuso el Fotogramas de Plata para Elena Anaya en 2010.

 

Room in Rome / Habitación en Roma

 

Más Pena que Gloria:

 

El viaje hacia la madurez es un genero por derecho propio que los americanos tienen bien definido con la acertada expresión coming of age. Bajo esa premisa hemos visto excelentes y tan dispares títulos como Déjame Entrar, Juno o Ciudad de Dios, y todos, como el ejemplo que nos ocupa, analizan de una forma u otra las primeras relaciones amorosas. Más Pena que Gloria es una magnifica muestra de comedia adolescente que usa en su favor los tópicos cinematográficos para hacernos ver muy de cerca nuestros primeros escarceos. El arquetipo del perdedor adopta aquí la forma de un joven estudiante empujado al límite por un amor imposible, encarnado aquí por Bárbara Lennie que no podría desear un mejor comienzo para su carrera. Es este también el primer largometraje del guionista Jonás Trueba y del director Victor García León. Un buen puñado de principiantes que merecen mucho más reconocimiento que el que ya tiene esta pequeña joya de culto.

 

Más pena que gloria / Bárbara Lennie

 

Tamaño Natural:

 

El amor no entiende de sexos, razas, condiciones sociales… ni siquiera distingue entre el plástico y la carne. En su sentido más literal. La insatisfacción de la vida diaria puede llevarnos a sentir fascinación, deseo -e incluso en un caso muy extremo- a un sentimiento de seguridad y afecto que se confunde con amor. La monotonía de una vida acomodada y el miedo al abandono hace que afloren las fantasías y el protagonista se deje llevar por el encanto de una muñeca dispuesta a todo por complacerle. En títulos como El Maniquí (Michael Gottlieb, 1987) o Air Doll (Hirokazu Koreeda, 2009) la muñeca destinataria de las máximas atenciones cobra vida y ese sentimiento pierde su faceta perversa. Berlanga, en cambio, llega al extremo, pues no hay transformación. Es el protagonista quien a través de sus ojos ve a una mujer de verdad donde no hay más que un juguete sexual y a medida que se va «enamorando» más y más de su compañera de juegos su cordura se ve cada vez más lejana. El amor y las relaciones cobran en Tamaño Natural un cariz fetichista y de deseo, guardando una estrecha relación con una de las obras más recordadas del maestro Buñuel, Belle de jour (1967) con la que, curiosamente, comparte guionista: Jean-Claude Carrière.

 

Grandeur nature / Tamaño natural

 

Yo, También:

 

Los sentimientos muchas veces no son suficiente. La incapacidad para ver más allá, para no tener en cuenta los prejuicios y para sentir en lugar de pensar nos lastra. Daniel, el protagonista, tiene Síndrome de Down, dos carreras universitarias y una bondad que no se puede medir. Se enamora como cualquier persona, aunque pocos le ven como a un igual. Ella, Laura, lo acoge con recelo y le termina abriendo su corazón. Daniel quiere que le dejen sentir y amar como a cualquiera. Un drama social de superación personal en el que la búsqueda de igualdad afectiva prima sobre la profesional (diferenciándola de títulos como El Truco del Manco, de Santiago A. Zannou. La mirada de complicidad que se cruza la insólita pareja en la penúltima escena es reflejo del tono de un film que respira ternura y aboga por la «normalidad». Triunfadora en San Sebastián en 2009, sle valió el segundo Goya a Lola Dueñas.

 

Yo, también

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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