En 2019 todo el mundo se llevó una sorpresa mayúscula con A Plague Tale: Innocence, un juego desarrollado por Asobo Studio y distribuido por Focus Entertainment. El juego se situaba en la Francia del s. XIV para contarnos la historia de Amicia y Hugo de Rune, dos hermanos que tienen que escapar de la Inquisición, de la peste negra y de una plaga de ratas para desentrañar los misterios que asolan un mundo en decadencia. La sorpresa fue tal que el juego es uno de los mejor valorados de su año, ha ganado infinidad de premios y levantó muchas las expectativas con una posible secuela. Ahora, cuatro años después, llega esa esperada secuela para la nueva generación; ya tenemos entre nosotros A Plague Tale: Requiem. Teniendo ya el juego entre las manos hemos probado los primeros pasos de Amicia y Hugo por esta nueva aventura y ver qué es lo que esconde. Así que aquí os comentamos las primeras impresiones que no ha dejado A Plague Tale: Requiem.
De lo primero que hay que hablar es de cuándo se sitúa la historia de A Plague Tale: Requiem. En esta segunda entrega de la saga volvemos a estar en Francia, unos pocos meses después de los acontecimientos del primer juego. Por ahora desconocemos cuáles van a ser los peligros que hagan que nuestros protagonistas busquen una forma de sobrevivir. Situada la acción, hay que hablar de lo bonito que es artística y gráficamente. Si A Plague Tale: Innocence ya era un juego que conseguía dejar boquiabierto por su parte gráfica, por su arte y el cuidado que se ponía en cada ubicación, con el salto a la nueva generación esa mejora es increíble. La distancia de dibujado, el diseño de los personajes, el mundo que los rodea e incluso los pequeños detalles han hecho que Asobo Studio haya dado un golpe sobre la mesa. Es imposible no pausar el juego en algunos momentos y realizar alguna fotografía con el modo foto que incluye. Es una auténtica pasada.
Ya hablando de lo puramente jugable, Amicia se controla igual que en el primer juego, tiene más o menos las mismas herramientas, pero han incluido ciertas mejoras en el sigilo y en la lucha contra los enemigos. En el sigilo han incluido una nueva mecánica como es la distracción, que salta cuando un enemigo está a punto de encontrarte y lanzas un objeto para mandarlo en la otra dirección; en la lucha contra los enemigos podemos atacar por detrás y comenzar una especie de combate donde dejaremos al enemigo aturdido unos minutos y, en otros caso, incluso matarlo. Esto ayuda mucho a la hora de planificar las incursiones contra los enemigos y hacer muchas más cosas ¡Ah, casi me olvido! También han incluido en el sigilo el poder deslizarte por debajo de mesas para tener mucho más rango de acción y de infiltrarte. Estos son cosas que ayudan mucho en una infiltración que, por lo que llevamos jugado, va a ser muy importante.
En estos primeros tramos también llama la atención la cantidad de secuencias de acción que tiene el juego. En A Plague Tale: Innocence estas secuencias estaban mucho más controladas por las posibilidades de la generación, pero, en la nueva, son alucinantes. Un mapa mucho más abierto, correr, disparar, esconderte, etc… se pueden hacer millones de cosas en esos momentos de acción. Seguramente la parte más floja del juego, y donde dentro de nada meterán algún parche, es en un framerate algo inestable cuando hay mucho movimiento en pantalla (las ratas ya han hecho su aparición) y que el juego únicamente se mueve a 30 fps en consolas de nueva generación. Seguramente en un futuro no muy lejano, Asobo Studio lanzará el parche que haga que el juego se mueva a 60 fps y no a unos 30 fps donde se nota mucho más algunas carencias gráficas en algunos momentos.
Pero dejando todo esto, A Plague Tale: Requiem es espectacular en todos los sentidos. No solo Asobo ha conseguido un juego a la altura del primero, sino que ha hecho algo más espectacular, grande y ambicioso. Un juego que poco a poco asienta sus bases y engancha al jugador con una historia muy bien construida y donde no van a faltar las sorpresas.
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