The Last Door

The Last Door: Terror y misterio lovecraftiano

Seguramente muchos conozcan al estudio español The Game Kitchen por el éxito arrollador de Blasphemous, uno de los mejores metroidvania de los últimos años. Pero seguramente pocos conocían su primer juego, The Last Door, un juego point & click lleno de terror, misterio y una ambientación lovecraftiana que quita el hipo (y que podemos disfrutar gracias a sus publishers PID Games y Tesura Games [quienes nos lo traen en físico]). The Last Door además se adereza con unos gráficos en píxel art realmente espectacular, siendo menos detallados que en Blasphemous, pero cumpliendo con su cometido. El juego consigue tenernos en tensión durante sus horas de duración, que no son pocas. La versión que hemos probado ha sido la de Nintendo Switch que se lanza al mercado con la «edición definitiva» donde podemos encontrar las dos temporadas que tiene el juego y un montón de extras (The Last Door está  disponible en versión física en dos ediciones: Normal [Complete] y Coleccionista [Legacy] en Switch y PS4). El juego consigue convencer con su propuesta de terror y misterio. Un gran juego que hay que probar.

 

The Last Door

 

Lo primero que hay que dejar claro es que el género del terror es uno de mis géneros favoritos, y estoy esperando como agua de mayo el lanzamiento de The Callisto Protocol. Pero vamos a lo que realmente importa, The Last Door. El juego es terror psicológico puro y duro donde cada habitación, cada ruido o cada momento puede hacer que saltes de la silla. La primera temporada se compone de cuatro episodios donde manejamos a Jeremiah Devitt, quien tiene que averiguar que le ha ocurrido a su buen amigo Anthony Beechworth. Con esta trama, The Game Kitchen consigue hacer que todo genere desconfianza, sospechas y miedos incluso con nuestro protagonista. Sin desvelar mucho de la trama de esta primera temporada, solo he de deciros que las sorpresas están a la orden del día y que imaginéis incluso las cosas más inimaginables. Además, la duración no es excesiva y en ningún momento decae el ritmo. A todo esto hay que añadir que el pixel art es perfecto y las animaciones son espectaculares; tanto como la iluminación, que nos mantiene todo el rato en tensión. El juego de luces y sombras hará que nunca estemos tranquilos jugando.

 

En cambio, su segunda temporada pega un cambio respecto a lo que al terror se refiere. Sigue siendo una aventura de terror psicológico, pero el plano investigador se apodera del relato para convertirnos en verdaderos detectives. Con una narración que va de más a menos, tendremos que averiguar qué es lo que ocurre dentro de la mente de Devitt y que hay de verdad en todo lo que acontece en el videojuego. En esta segunda temporada se dan la mano tanto H.P. Lovecraft como David Lynch dando una mezcla realmente espectacular. Los episodios de esta segunda temporada son algo más largos que en la primera entrega y con escenarios mucho más amplios; también hay que destacar que casi todos terminan con una poderoso cliffhanger para hacer que queramos empezar el siguiente nivel cuanto antes. El pixel art sigue siendo una delicia y el juego de luces maravilloso, pero -como he dicho- los sustos pasan a un segundo plano debido al giro que pega el juego.

 

The Last Door

 

Quizás lo peor, aunque no está del todo mal, sea manejar un juego point & click con el mando de Nintendo Switch, pues el movimiento no es del todo malo, pero siempre se irá más allá de donde quieres colocarlo y tardarás más en hacer las cosas. Son juegos que piden a gritos otro sistema de movimiento más que calcar el movimiento de un ratón. Por ejemplo, Disco Elysium era también point & click, pero en sus versiones para consola se cambió para que se pudiera manejar con el mando de manera normal. Entiendo que puede ser difícil hacerlo para algunas compañías, y no es más que un pequeño pero a un juego realmente espectacular, que mantendrá a los jugadores pegados a la silla sin poder respirar.

Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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