Siguiendo una intensa ruta que le ha llevado por ciudades como Los Ángeles, Londres o París, Edgar Wright y parte del reparto de Baby Driver han hecho escala en Madrid para atender a los medios y hacer algo de turismo (como bien atestiguan imágenes como esta de Ansel Elgort), que nunca está de más. El director británico vuelve a la carga –después del mal trago de su salida de Marvel Studios– con una historia de atracos con mucho ritmo. La música forma parte del ADN de Baby Driver, tal y como nos revela Wright en esta entrevista.

Pregunta: ¿Cómo surge Baby Driver?
Respuesta: Sigo un proceso por el que veo un género que me gusta e intento descubrir la forma de darle mi propia visión. Para poner un ejemplo: Zombies Party. Era una película de zombis y termina siendo una rom-com (comedia romántica). Y aquí quería hacer una película de robos de bancos a través de los ojos del personaje principal. La idea principal era hacer una película de atracos alrededor de la música. En términos de inspiración hay películas clásicas del género que me encantan, pero por encima de eso traté de entrevistar a ladrones de verdad para que me ayudaran, les enseñaba el guion y me decían cosas que incluía en él. En lugar de pegar cosas de tus películas favoritas era más fan de hacer una película con conocimiento y hacer un atraco introduciendo detalles de los propios atracadores reales.

P: ¿Dónde encuentras los atracadores que se prestan a las entrevistas?
R: Algunos ahora son escritores, como dos a los que entrevisté. Otros se dedican a dar charlas en los colegios. Son ex criminales que prestan su tiempo en durante el programa de rehabilitación.

P: ¿Cómo de importante es la música en Baby Driver?
R: Baby Driver no existiría sin música, su eslogan sería «una película de coches dirigida por música». Hay muchas películas sobre robos de bancos, pero lo que hace diferente a esta es que tiene un chico que escucha música y que todo se ve a través de sus ojos. Era distinta porque no se montó la música después, sino que poníamos la música en el set y los actores tenían que hacer las coreografías. Sí, era importante el montaje, pero era distinto por eso, porque la música estaba dentro del rodaje.

P: ¿Y cómo trabajaste la integración de la música? ¿Tuviste que corregir muchos planos en postproducción para que encajaran en el ritmo o conseguiste la mayor parte en cámara?
R: Algunas cosas se habían prediseñado. En algunas canciones hicimos mixes añadiendo efectos de sonido dentro de la canción, con lo que puedes entender el sentido de todo lo que está pasando. Esto los hicimos con un DJ en Londres, Marc Osymyso, que fue increíble. Él me ayudó mucho en todos los montajes. Y ante del rodaje tuvimos que adaptar el guion gráfico a la música, y esto era la hoja ruta que había que seguir hasta el final de la película. Obviamente había que cambiar ciertas cosas, como alargar o acortar algunas escenas o cambiar la localización. La esencia de la hoja de ruta y la idea era de cómo introducir en la escena un sonido concreto. Y esto se ve en secuencias de tiroteos o cuando se cierran puertas.

P: ¿Cómo se desarrolló la elección musical?
R: Había canciones de mi colección, pero normalmente hay algunas canciones que inspiran la acción (de la película). Antes de escribir el guion tenía ocho o nueve temas elegidos. Cuando tenía que escribir una escena, no empezaba a hacerlo hasta que no encontrara la canción correcta. Para cuando acabé el primer borrador del guion tenía el soundtrack básico de la película, el cual no cambió demasiado hasta el final.

P: ¿Tuviste que alguna canción por no encajar con lo que tenías pensado?
R: Hay algunas canciones que no se podían limpiar, temas de jazz o hip hop, que estaban muy sucias y apenas se oían. Otras por ejemplo no podía utilizarlas por cuestiones de derechos y no quería tener una demanda (ríe).

P: En cada película que has dirigido has ido tocando diferentes géneros: western, zombies, ciencia ficción… ¿Cuál es el próximo género que te gustaría explorar?
R: La verdad es que haría cualquier cosa si me parece interesante. Hay muchos géneros por explorar. O también abordar un género asentado de otra manera, como un musical serio, sin el humor que me gusta introducir en mis películas.