Mark Hamill y Daisy Ridley

La Voz de la Redacción: Las mejores películas de 2017

Pues nada. Aquí estamos un año más. Hemos vuelto a tener a nuestros redactores enganchados a la pantalla otros doce meses (con pequeños descansos para ir al baño) y ahora pasamos a atarlos a una silla y obligarlos a escupir sus impresiones sobre un año que comenzaba con la reciente muerte de Carrie Fisher y que termina con Hollywood revolucionado ante los sucesivos escándalos de Harvey Weinstein, Kevin Spacey, Paul Lasseter y otros tantos. Pero es que el mundo del cine, como la vida misma, está compuesto por personas y algunas de ellas quedarán siempre en nuestros corazones mientras que a otras desearemos no haberlas conocido. En fin, con las uvas en una mano y el mando de la tele en la otra nos despedimos desde La Noche Americana de 2017 con un breve resumen de lo que más nos ha gustado en el ámbito de lo cinematográfico.

 

Alex Manzano:

Parece que no me conformo, porque en el ya lejano 2016 salí encantado de vivir un Festival de San Sebastián y todo lo que rodea a un certamen de cine. La consecuencia de esto fue que este año no solo decidí coger un avión e irme a cubrir la Berlinale (algo que se repetirá en 2018), sino que en septiembre cogí un vuelo de nueve horas para visitar el Festival de Toronto, una experiencia tan extraordinaria como agotadora; en estos viajes se ven películas maravillosas que muchas de ellas, por desgracia, nunca llegarán a España. De 162 películas que he visto producidas en 2017, me obligan a quedarme con tres estrenadas aquí (una de ellas de 2016). Todas las he podido ver en estos viajes y por ello -para mí- tienen una connotación especial.

 

Diana Cavaliotti

Diana Cavaliotti en ‘Ana, mon amour’

 

Después de ganar el Oso de Oro en 2013 con la sublime Madre e hijo, Calin Peter Netzer volvía a la Berlinale con Ana, mon Amour, una de las películas más incomprendidas que se exhibieron en competición. La cinta cuenta la relación tóxica y catártica de Ana y Tomas, dos personas que han estado juntas desde la universidad y que tiempo después de tener un hijo se divorcian. La peculiaridad de la misma es que está narrada de forma no lineal y se unen las secuencias asociando ideas conforme Tomas se somete a una terapia psicoanalítica. El jurado de Berlín reconocía precisamente este mérito premiando a su montaje, realizado por Dana Bunescu que ha trabajado con Mungiu y Puiu. Ana, mon amour es una película difícil en la que cuesta mucho entrar, pero está llena de capas y subtextos: desde el sexual (representado a través de fluidos como el semen, sudor o las heces), el psicoanalítico (toda la película es una terapia introspectiva), el romántico (la relación entre ellos) o el social, que nunca falta en el cine rumano. Trágica y poética, Ana, mon amour es una de las experiencias más extremas que he tenido este año en una sala.

 

Tras su paso por el Festival de Nueva York, James Gray llevaba a la Berlinale su última obra maestra: Z, la ciudad perdida. Al más puro estilo David Lean, se nos cuenta la historia de Percy Fawcett, un hombre obsesionado con encontrar una civilización perdida en el Amazonas. Charlie Hunnam, Robert Pattison, Tom Holland y una discreta pero soberbia Sienna Miller protagonizan la épica película. Digo discreta porque apenas aparece físicamente en escena, pero sabemos que siempre está ahí, además de protagonizar el hermoso plano que cierra la cinta. James Gray cuenta una historia muy clásica con recursos propios del cine contemporáneo y a lo largo de dos estiradas horas nos lleva por un viaje a los confines del mundo y nos muestra los límites del ser humano y hasta donde puede arrastrarnos la obsesión. Rodada en un impresionante 35 milimetros Z, la ciudad perdida es, a mi modo de ver, la mejor película americana de lo que llevamos de siglo junto a Carol Mulholland Drive. 

 

Robert Pattinson

Robert Pattinson en ‘Z, la ciudad perdida’

 

En agosto fue una sorpresa para todos descubrir que una película dirigida por James Franco competiría en San Sebastián, más aún cuando se trata de una comedia sobre Tommy Wiseau y The Room. Contra todo pronóstico la película cautivaría a prácticamente la totalidad de los asistentes al certamen y James Franco se hacía con la Concha de Oro más emblemática de los últimos años. Una comedia al más puro estilo Franco, Rogen y compañía, pero con mucho corazón y lecturas: The Disaster Artist es una película sobre los perdedores, sobre el proceso creativo, sobre la perpetuación (para bien o para mal) de una película. James Franco no estaba tan bien desde Spring Breakers y se consolida definitivamente como una de las figuras más importantes del Hollywood contemporáneo. Y no sé si desastroso o no, pero es todo un artista.

 

Christian Leal:

Creo que deberían pellizcarme. Es más, darme un bofetón si hace falta. Nunca. Y cuando digo nunca es nunca, me habían cautivado los musicales. Pero no sé, 2017 ha sido un año extraño, con mucho buen cine y en donde he cambiado mi forma de mirar o valorar ciertos géneros. Y el musical me ha acompañado todo el año. Pero es que justo mis tres recomendaciones de 2017, que son de lo mejor sin duda, son musicales, quizás una de ellas sea la menos musical de todas, pero en todas la música tiene una labor importante.

 

Belén Cuesta y Anna Castillo

Belén Cuesta y Anna Castillo en ‘La llamada’

 

La llamada, ese musical que cada fin de semana hace las delicias de cientos de madrileños en el teatro, se estrenó al fin en pantalla grande. Y no ha podido salir mejor. La llamada es única, es especial, es un resumen de una generación y es una apuesta arriesgada de la mano de unos directores que en todo momento tenían claro lo que querían. En su paso por el Festival de San Sebastián levantó pasiones y en su estreno en cines, tanto crítica como público, la han puesto por las nubes, y es que como bien dice Sor Bernarda: “La música hace milagros, Milagros”. Nominada a cinco Goyas y a otros tantos premios, La llamada es una de las mejores cintas del año. Hacía mucho que en España no se hacía un musical tan bien llevado y que representará tanto a una generación.

 

Y quienes llevan mejor que nadie lo de emocionar son la gente de Pixar. Coco, la última producción salida del estudio, es una auténtica maravilla. Coco habla de la muerte, de la familia, de no olvidarnos de quienes ya se han ido; y todo ello a través de los ojos de un niño que lo único que quiere es cumplir su sueño de ser músico. Pixar ha conseguido una cinta que emociona en todo momento, y en donde sus últimos treinta minutos son apabullantes, tanto musical como emocionalmente. Y creo que ya está bien de decir que las películas de animación son para niños, Pixar lleva años haciendo magia, llevando a otros niveles su cine y en donde lo infantil queda relegado a la animación, pero el mensaje es tan adulto que asusta. Yo lloré como no hacía desde principios de año, y es que Coco consiguió lo único que había conseguido otra película antes.

 

Emma Stone

Emma Stone en ‘La ciudad de las estrellas (La la land)’

 

Y esa película es La ciudad de las estrellas (La la land). El musical de Damien Chazelle es algo más que una simple película, es un sentimiento. Desde su inicio la cinta te transporta, te hace olvidar los problemas que puedas tener y consigue que rías, llores, cantes y te den ganas de bailar. Es una cinta que habla de los sueños, de sacrificar muchas veces cosas importantes por conseguirlos, de renunciar a mucho por ellos, pero al final, la vida, es algo así. Quien no arriesga no gana, como dirían algunos. Por eso su desenlace es tan duro, al final nuestros amantes se distancian por el miedo de no ser capaces de conseguirlo juntos. La ciudad de las estrellas (La la land) puede ser preciosa, pero también es dura, por eso es maravillosa, porque entre tanta pomposidad de música, al final, la vida es dura. Hay que arriesgarse e intentarlo. Todo esto es para los locos que sueñan, aquellos que lucharán por ellos. Gracias LA LA LAND. Gracias por existir y ser lo más maravilloso del año.

 

Daniel Lobato:

Salvando algunas excepciones (¿Z? ¿en serio Alex?) est0y bastante de acuerdo con las elecciones de mis compañeros, aunque no tanto con el entusiasmo maravillado y fanático de algunos de sus comentarios. Y puesto que ya he publicado en redes mi selección de títulos a tener en cuenta este 2017 que se acaba, me propongo nuevamente (como ya hiciera el año pasado) a destacar tres estimables películas que no terminaron de cuajar en nuestras carteleras pero que habrían merecido correr mejor suerte.

 

Jessica Rothe

Jessica Rothe en ‘Feliz día de tu muerte’

 

Me arranco con una de las propuestas más honestas y «románticas» que nos ha deparado el año cinéfilo: Feliz día de tu muerte. Una absoluta carta de amor al cine de género, como antes hicieran La cabaña en el bosque o la semidesconocida Lost After Dark, en la que Christopher Landon reinterpreta los códigos del slasher y los combina con las comedias teen de los 80-90 dándoles su propia identidad. Es una propuesta muy divertida, sin complejos, producida por Blumhouse Productions (los mismos que este año nos han traído también Déjame salir y Múltiple, que bien podrían haber formado parte de esta selección de lo más interesante del año) y con una protagonista, Jessica Rothe, que derrocha carisma y sentido del humor, ilustrando a la nueva generación de scream queens guerreras y complejas que huyen del victimismo.

 

Y de un extremo a otro con A Ghost Story. La propuesta de David Lowery no es para todos los públicos, pero quien sepa acercarse a ella descubrirá una sensibilidad pasmosa. Hay fantasmas, pero no habla de estos, sino del dolor y la pérdida, del paso cíclico del tiempo y de la memoria (los recuerdos) como elemento que nos define. Rooney Mara y Casey Affleck llevan el peso de este relato terriblemente melancólico, valiente y arriesgado en términos formales con una apuesta por los planos largos y contemplativos, unos encuadres austeros y un formato de 1.33:1 (la imagen es casi cuadrada).

 

Jennifer Lawrence

Jennifer Lawrence en ‘madre!’

 

Aunque para films que no dejan indiferente a nadie, lo último del controvertido Darren Aronofsky -antes de que en 2018 se meta a dirigir One Strange Rock para National Geographic- se lleva la palma. Si el año pasado High-Rise fue la cinta que más amores y odios desató, este año el premio a la película que más polémicas ha generado (con permiso de Los últimos Jedi) ha recaído, sin lugar a dudas, en madre!. La película se atreve a interpretar la historia del cristianismo desde la ficción bíblica al desmoronamiento de la sociedad contemporánea, pero también se puede leer en clave de la dolorosa catarsis creativa del autor de cualquier obra de arte (un poena, una pintura, una partitura…), o incluso como una denuncia ecologista y feminista… son muchas y variadas las interpretaciones que se pueden hacer de madre! (en este especial Scanners hablamos largo y tendido de ella), una película agotadora, excesiva y compleja, en la que Aronofsky se desata y expande su discurso antropológico un paso más allá. Si con su perversa interpretación de las claves bíblicas ha sido capaz de contrariar tanto a creyentes como a no creyentes es que ha conseguido su objetivo de azuzar y estimular nuestras mentes.

 

RJ Prous:

Cada día tengo más claro que en esta revista me tienen porque desgravo. Puedo decir con orgullo desmedido que no he visto prácticamente ninguna de las películas que se mencionan más arriba (Coco la tengo pendiente y de Lolailo Land no hablaré, que me caliento). Soy carne de blockbuster, de eso y de cine chungo y enfermizo. De placeres prohibidos, de esos que muchos os callaréis en vuestras reuniones quincenales ante una buena pinta de cerveza artesana de cultivo ecológico 100% real no fake… pero que a buen seguro habéis degustado cuales gorilas en celo dando saltos por una sala de cine semi-vacía.

 

Y es que este 2017 ha estado plagado de películas para las masas que han conquistado nuestro corazoncito. Wonder Woman demostró a principios de año que puede hacer una película que no aburra a las piedras y Taika Waititi ha cerrado el año con la que es probablemente la única película de Thor que merezca un aplauso (una ovación y mis respetos por el director de Lo que Hacemos en las Sombras, que ha sabido llevar el humor al núcleo duro de Marvel sin despeinarse). Hemos tenido también una película sobre Samuel L. Jackson peleando contra un mono gigante y hemos descubierto que hay vida después de Paul Walker con una Fast & Furious 8 tras la cual la gente salía del cine surfeando en testosterona.

 

Fast & Furious 8

Te voy a dar una $%&· que te voy a cambiar de signo del zodiaco. Dicen eso y todavía no tienen una calle en Madrid. No te lo perdonaré jamás, Carmena.

 

En fin. Pongámonos serios. Este año también ha tenido pequeñas y grandes joyas que me han dejado sentado, me han emocionado, hecho reír e incluso llorar. Me cuesta mucho reducir la lista a tan sólo tres títulos, así que dejo fuera a filmes tan maravillosos como la irrepetible Your Name (Makoto Shinkai, 2016 en Japón y 2017 en nuestro país) u otros con interpretaciones alucinantes, como la ya olvidada por estas fechas Múltiple (la redención de M. Night Shyamalan). Para empezar, y para no perder comba con la XIV Muestra Syfy (donde pudimos ver las dos anteriores), os hablaré de Crudo. No soy gran amante de la casquería, el año pasado, con la proyección de Infierno Verde (Eli Roth, 2013) cerré los ojos en varias ocasiones y aún a día de hoy sigo sin haber visto ninguna peli de Jason, Freddy o Saw. Precisamente por eso me llama más la atención que contemplase hipnotizado los 99 minutos por los que discurre la sensacional Crudo de Julia Ducournau. La cinta nos habla de la sensación de soledad en medio de la muchedumbre del desplazado, de quien ha vivido siempre en un entorno y lo cambia de pronto. Del paso de la infancia a la madurez y de las cosas que hay que asumir por el camino… Y lo hace a través del canibalismo. Y de un arte visual que sugiere pero casi nunca enseña. Y de unas escenas tan tensas que se te escapa el alma. Y de una música poderosa, como el tema de The Dø, Despair, Hangover & Ecstasy, que me ha estado persiguiendo durante lo que ha quedado de año.

 

Pero es que si hablamos de temas que definen a una película tenemos que echar también un vistazo a Logan, de James Mangold, el adiós por todo lo alto de Hugh Jackman al personaje que le hizo ser alguien en la escena hollywoodiense. Meses antes de su estreno un envejecido Johnny Cash sonaba en las salas de cine con su tema Hurt. Lo hacía con el tráiler de la que creo que es una de las mejores películas que Fox ha hecho sobre los mutantes. Partiendo de la base de El Viejo Logan de Mark Millar y sumándole la trama sobre el origen de X-23 y otros Nuevos Mutantes, Mangold crea un relato crepuscular que va más allá de las historias de héroes y villanos y quedará siempre en el recuerdo de los fans del mutante de las garras de adamántium. Me resulta intrigante saber si ahora, con Fox a las órdenes de Mickey Mouse, volverán los directivos a atreverse con proyectos tan arriesgados como éste, Deadpool o la aún sin estrenar New Mutants.

 

Logan

Lo que os decía: Crepuscular

 

Y si en las dos anteriores os hablaba de música, ¿cómo no mencionar en este resumen del año a Baby Driver? Joder con Edgar Wright. Mira que me encantó Bienvenidos al fin del Mundo, pero es que con esta película el muy ca%&llo me ha conquistado desde el primer minuto. Su primera secuencia (colgada íntegra en YouTube) ya es café para los muy cafeteros y nos sirve de muestra para todo lo que va a venir después. Baby Driver sí que es el verdadero musical de 2017, y no ha necesitado de dos de los guaperas actuales del celuloide. Wright salta de virguería técnica en virguería técnica, haciendo que este filme sea igualmente disfrutable para los amantes de la buena música, los de las pelis de acción y persecuciones y los auténticos entendidos del séptimo arte. Una auténtica pasada, en serio.

 

Cierro con un extra (ventajas de aquello de tener que cerrar): Swiss Army Man (Dan Kwan y Daniel Scheinert) ha sido la película más al límite que he visto este año. Estamos ante un producto que juega con el patetismo, la desesperación, la soledad y las flatulencias de manera que a cada dos minutos no sabes si reír o llorar. Swiss Army Man es estúpida, monstruosa, adorable e hipnótica. Todos tus sentidos te invitan a odiarla, pero desde aquí levanto la mano para confesar que es una de las mejores mierdas que me he tragado este año que se acaba.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

Acerca de Christian Leal

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Desde niño me apasioné por el séptimo arte, por ello decidí licenciarme en Comunicación Audiovisual, pero después amplié mis miras también hacía la pequeña pantalla en la que devoro, bebo y me alimento de series y cine. Mi vida podría resumirse en un guión de Aaron Sorkin dirigido por David Fincher o Michael Haneke.

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Cine, arte y tebeos. Amarás el musical sobre todas las cosas. John Cameron Mitchel es mi dios. Si quieres encontrarme, busca en mi habitación. Si no, en cualquier rincón de Madrid.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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