Until Dawn

Until Dawn: Un bucle aterradoramente divertido

A medio camino entre la autoconciencia de La cabaña en el bosque (Drew Goddard, 2011) y la reinterpretación del slasher y los bucles temporales de Feliz día de tu muerte (Christopher Landon, 2017), Until Dawn se presenta como una estimable propuesta que expande el universo del videojuego que le sirve como base (del que ya hablamos hace unos meses aquí).

 

Ella Rubin

 

Porque el filme dirigido por David F. Sandberg no es una adaptación como tal del juego desarrollado por Supermassive Games, sino que, a partir de algunos conceptos clave, amplía el imaginario del juego e, incluso, conecta con él convirtiéndose en una suerte de secuela/spin-off del mismo. Lo fácil habría sido trasladar su argumento punto a punto, delimitando la toma de decisiones (la cual era su principal mecánica jugable) y obviando el componente metaficcional que proporcionaban las conversaciones de los jugadores con el doctor Hill (Peter Stormare). Pero claro, ¿qué tipo de película nos habríamos encontrado entonces?

 

Así pues, la pareja de guionistas formada por Blair Butler y Gary Dauberman optaron precisamente por colocar al personaje de Stormare como eje fundamental sobre el que construir el relato (lo que a su vez resignificaría su rol en el videojuego). La base del argumento sigue siendo la misma: un grupo de jóvenes llega a una casa y, atrapados e incomunicados, deben sobrevivir al peligro que quiere darles muerte. Conocemos y hemos visto muchas películas que siguen el mismo esquema. El valor diferencial es cómo se cuenta esa lucha por la supervivencia.

 

Peter Stormare

 

Until Dawn (el juego) ofrecía diferentes desenlaces en base a nuestras decisiones, que podían suponer la muerte de todos los personajes jugables, solo de algunos o de ninguno. En cada partida, cambiando las elecciones, podíamos reescribir el destino de los protagonistas. Until Dawn (la película) establece que cada vez que mueres, la noche vuelve a empezar. Sin embargo no estamos ante un bucle sin más. El reset temporal no implica que todo se mantenga igual y tú debas hacer las cosas de otra manera para forzar el cambio, sino que cada nuevo reinicio trae consigo nuevas variables. El terror y la amenaza viven en lo desconocido y sobrevivir es la llave para romper el ciclo de mortales repeticiones.

 

Esta peculiar y voluble concepción de los bucles temporales permite a la película jugar con diferentes subgéneros del terror (desde el slasher al body horror, pasando por las casas encantadas y las posesiones) y analizar (de forma bastante vaga, eso sí) cómo el miedo y la tensión prolongada nos afecta y transforma. Until Dawn expone muchos de los códigos del terror, potencia algunos y deconstruye otros, haciendo partícipes a sus personajes (y al público) y donde no faltan ni los jump scares habituales, ni el gore absurdo y paródico de la serie B más disfrutona.

 

Odessa A’zion, Belmont Cameli, Ella Rubin, Michael Cimino and Ji-young Yoo

 

En muchos momentos Until Dawn se ve a sí misma como un tren de la bruja y busca la respuesta de su público (y desdichados protagonistas) ante sus giros y sorpresas. Apela al género desde su vertiente más despreocupada y atempera su tono, celebrando (y no renegando [como hacía Los pecadores cuando se convertía en Vampiros, de John Carpenter]) su naturaleza festiva y el uso de los lugares comunes del género. Porque cuando los tópicos se utilizan a favor de obra y se hace partícipe al espectador, lo previsible se vuelve expectativa y se festeja la experiencia.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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