El pasado Festival de San Sebastián, James Franco presentaba en competición The Disaster Artist, la película que cuenta como se rodó The Room (considerada la peor película de la historia). Él la dirige y protagoniza junto a su hermano Dave, un lluvioso jueves ambos recibían a La Noche Americana y dos días después se alzaban con una inesperada, genial y acertada Concha de Oro a la mejor película. Ahora, con la excusa de su estreno en salas, recuperamos la entrevista.
Pregunta: Se ha comparado mucho a la película con Ed Wood y me gustaría señalar una diferencia entre ambas. En la obra de Tim Burton, Ed Wood no llega a ver la reacción ante su obra, pero aquí es muy importante ver como Tommy Wiseau ve la forma en la que es recibida su película. ¿Por qué crees que el público es capaz de apreciar este tipo de películas?
James Franco: Tommy Wiseau hizo está película pensando en ella como algo dramático, pensaba que la gente no iba a dormir al recordarla, que iba a dejar trastocados a sus espectadores, pensaba que estaba haciendo algo muy distinto y que la reacción sería muy diferente. Pero no, la gente se reía y Tommy no quería asumir lo que había hecho, tuvo la película en cartel dos semanas para optar a los Oscar, creyendo que podría estar nominado como actor. Le costó mucho más tiempo de lo que se muestra en la película entender esa recepción, nucna sabes como van a ser acogidas, pero ha habido otras películas como Sharknado que han acumulado una cantidad de seguidores al no tomársela en serio; sólo Tommy es capaz de pensar que ha hecho una gran película pese a la acogida del público. Él siempre lo dice: The Room es un lugar seguro, puedes reír y llorar sin hacerte daño. Me entra la risa porque él ahora dice que lo hizo de broma, pero no creo que fuese así. En resumidas cuentas, The Room y Tommy tienen ciertas similitudes con Ed Wood, son artistas que no acaban de encajar porque intentan hacer arte popular y lo que la gente ve en su trabajo es algo muy distinto; pero la vida de sus proyectos ha sido muy diferentes y por eso para nosotros era importante ese final, la transformación de su producto delante de sus propios ojos.
P: En The Disaster Artist se ve mucho como brotan las películas de culto y como ahora mismo es un proceso tan rápido. ¿Qué relación tiene el mundo de hoy con el cine y como puede crear un mito y hacer que una película sea de culto en tan poco tiempo?
James: Es muy fácil hoy en día gracias a las redes sociales porque instantáneamente puedes expresar tu reacción ante una obra. En su momento, The Room fue vista por un puñado de gente que se dio cuenta que había algún tipo de genio detrás de ella y con el tiempo, gracias al boca – oreja, acumuló una gran cantidad de seguidores, pero sí, antes tardaba mucho más.
P: ¿Cuál es vuestra idea de un perdedor?
James: Hay muchas cosas que se pueden criticar de Tommy porque no tiene ningún tipo de consciencia de si mismo: es una persona difícil, muy egocéntrica. Pero por otro lado, hay muchas cosas que respeto y admiro como el hecho de que consiguiese hacer esta película cuando todos le decían que no y sólo creía su amigo en él. El hecho de que consiguiese hacer esta película: escribirla, dirigirla, producirla y protagonizarla poniéndose en contra de todo el universo que le daba siempre esa negación, eso es muy respetable. Él puso toda su alma y corazón en la película y creo que eso es lo que define a un artista. Esa fue nuestra actitud hacía él, sí es un chiflado que hace cosas absurdas, pero siempre quisimos mantener el mensaje subyacente de que todos tenemos ese sueño, intentamos hacer algo y esa es una de las claves de la película. Efectivamente, es un perdedor, un rarito con gran ego y malo con la gente, pero queríamos que a la gente le cayese bien porque es un artista fuera de lugar.
Dave Franco: Nunca usaría la palabra cruel, pero sí que es frustrante, especialmente como actor, porque hay tantas cosas que no puedes controlar… puedes darlo todo para prepararte un papel y al final el resultado es una película que no está mal o que está fatal porque hay muchas personas trabajando y todos tienen que hacerlo bien. Sí, es muy frustrante porque cuando funciona es un milagro y hay que agarrarse a esos momentos y apreciarlos, a nosotros nos encanta esta película y es raro poder decir eso de una película en la que has trabajado. Además estamos muy agradecidos de la respuesta positiva de la gente y esperamos que siga así.
P: James, creo que lo mejor de la película es que nunca haces parodia, ¿qué tipo de director eres? ¿El dirigir viene de ser un poco dictador? (James Franco señala a su hermano sonriendo)
Dave: Yo no lo llamaría dictador, es todo lo contrario, escucha mucho a los demás y en el plató se rodea de sus amigos y su familia, de la gente en la que confía, lo que ayuda mucho en escenas donde actúa y no puede estar detrás de la cámara mirando lo que se filma. Seth Rogen que es su gran amigo y colaborador habitual, se ponía detrás de la cámara cuando él actuaba y le hacía sugerencias o aconsejaba, todos nos apoyábamos mucho. La fórmula era que siempre acababa ganando la mejor idea y nadie mandaba más que nadie.
James: El estilo de dirección de Tommy era una extensión de lo que es él. Para conseguir hacer la película él tenía que hacer todo lo que se le había negado y dependía de sí mismo y de Greg, aferrándose a la idea de que si no luchaba no saldría todo a su manera, eso hizo que hiciera la película. Su actitud no era la adecuada para hacer que la película funcionase y precisamente por el fracaso nunca aprenderá la lección de que no se puede ser así, porque ese fracaso derivó en éxito. Yo empecé siendo actor y sé como me gusta que no me dirijan y procuro no hacer lo mismo con mis actores.
P: La película concede más importancia al proceso creativo que al resultado… ¿Ese punto de vista se da por el hecho de tú estás metido en tantísimos proyectos?
James: Puedo decir que me he tranquilizado y ya no estoy haciendo tantas cosas, últimamente sólo he participado en una película de los hermanos Coen durante un par de semanas. Estoy bajando el ritmo. Me fascina el proceso creativo y por eso estaba tan fascinado con esta película, leí el libro porque me encantan las historias de Hollywood y pensé que aquí podía haber una gran historia: su personaje es tan loco y salvaje… creo que nunca se había visto algo así. Por otro lado el tema del proceso creativo es increíblemente universal y me encantan películas como Pollock de Ed Harris que exploran esta clase de personajes en los que el arte sale de su propia vida. Nuestra película es un examen del proceso creativo, aunque se filtra a través de ese chiflado.
P: Como estrellas de Hollywood es interesante que hagáis una película sobre un outsider como Tommy Wiseau, ¿pensásteis que os podían criticar por ello? ¿Pensásteis en algo más serio?
James: Éramos muy conscientes de eso que dices, somos gente de la industria describiendo a outsiders. Desde el principio supimos que no había que hacer una parodia, que no podíamos reírnos de él y que había que darle toda la estructura de una película dramática y si la miras bien te das cuenta de que no hay tantos gags, la risa es provocada por la conducta de él y ciertas situaciones.
Dave: Los personajes y situaciones son tan extremos que no hacía falta forzar el humor porque ya estaba ahí desde el principio. Hablamos de imitar el tono de Boogie Nights porque allí los personajes son muy ricos pero a la vez extraños y por ello no había que forzar nada, simplemente dejarlo respirar.
P: Habéis trabajado en proyectos de Hollywood y en la serie B ¿Dónde hay más libertad?
James: Me gustan todo tipo de películas porque al final todo depende de con quién trabajas y en qué trabajas. Por ejemplo, en Spiderman de Sam Raimi el trabajo fue muy colaborativo porque nos pasábamos las comidas repasando y reescribiendo el guión. El tamaño de la película no implica nada, la clave es la gente involucrada. Esta película era muy familiar y por eso introducimos a tantos amigos en el proyecto, fue fantástico porque nos apoyábamos y nos sentíamos seguro ¿Qué prefiero? trabajar con amigos, evidentemente.
P: La gente que se ríe al final de la película… me pareció terrible porque a cualquiera de vosotros le puede pasar eso, como a Diré tu nombre, hace un par de años en Cannes. ¿Os ha sucedido alguna vez?
James: Nunca había presenciado algo así, más allá de The Room. Incluso yo que he hecho películas malas pero no creo que se hayan reído de ellas, simplemente desaparece y por eso es tan especial la obra de Tommy Wiseau, hay algo mágico en ella, incluso los académicos disfrutan de ella.
P: ¿La pasión de Tommy Wiseau forma parte del éxito de la película? ¿Lo que es tan malo resulta tan sorprendente y bizarro que eso la vuelve mágica?
James: Asolutamente, esa es la clave del éxito: puso toda su alma y corazón en The Room. La receta mágica es esa, darlo todo y eso es algo que hace que la gente se identifique y quiera volver a verla. Todas las decisiones creativas, los diálogos y sus frases son un cúmulo de malas decisiones que, a la vez, crean esa necesidad de ser vista una y otra vez.
Dave: Cuando se hace una película como Sharknado saben lo que están haciendo, Tommy pensaba que estaba haciendo algo real y muy dramático.
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