El universo de Alien vuelve a la primera plana comiquera con el nuevo lanzamiento de Aleta Ediciones, Aliens: Más que humanos, miniserie de cuatro números publicada originalmente por Dark Horse en 2009 y escrita por John Arcudi y dibujada por Zach Howard, que llega a nuestro país en un tomo recopilatorio de tapa dura. La historia no requiere de grandes conocimientos previos sobre los xenomorfos, basta con saber que son unos seres extraterrestres muy peligrosos y terroríficos. Estupenda elección, pues, como simple cómic de ciencia ficción oscura o como franquiciado de los personajes creados por 20th Century Fox hace ya más de 30 años.
John Arcudi opta por acercar la narración a la propuesta de Ridley Scott en su primer film, incluso a la de David Fincher en esa rareza que es Alien 3, buscando más el terror y sugerir con la ambientación que cargando las tintas en las secuencias de acción. Para ello nos mete en la piel de una expedición científica que llega a un planeta minero en el que se han encontrado unas misteriosas construcciones. Obviamente los xenomorfos pronto hacen acto de presencia y todo se desmadra. Es preciso señalar que, al contrario que en los tres primeros films en los que, salvo Ripley, nadie conocía de su existencia, el contexto que nos plantea esta historia es el de una Tierra que ha sido invadida por los monstruos y en el que, tras una larga guerra, se ha llegado a un delicado equilibrio entre las dos razas. Así, no solo no son desconocidos para los humanos, sino que hay quienes se dedican a estudiarlos en busca de la gran pregunta… ¿hay vida inteligente más allá de nuestro planeta? Cuestión que ni se resuelve en estas páginas ni es su intención, pero forma parte de un background que enriquece muchísimo la obra.
El libro versa sobre la supervivencia y las obsesiones que se confunden con la locura. La obra de Lovecraft, en especial relatos como El Templo, es un referente clarísimo del trabajo de John Arcudi en estas páginas. Algo en el inhóspito lugar en que transcurre la acción empuja a los personajes a actuar de formas impensables y les lleva hacia lo desconocido. Como en la película que dio origen a la franquicia, le protagonista, el doctor Sereda, se presenta como un tipo anodino al que nunca imaginaríamos apuntando como un arma, pero atenazado por una situación que le supera saca a relucir su fortaleza e instinto de supervivencia. Y, al igual que en aquella, aunque la sensación de presencia es constante, los aliens se muestran menos de lo que pudiera parecer, ya que el guionista busca explorar las relaciones del grupo de personas que huyen de las criaturas, las tensiones que surgen entre ellos a causa del miedo.
La lectura de este tomo sabe a poco, para bien y para mal. Por un lado porque se termina en un suspiro, la narración lleva un ritmo trepidante y la historia es muy entretenida. Los personajes están definidos perfectamente y la acción está muy contenida, no hay apenas espacio para que el autor caiga en la tentación de irse por las ramas. Pero, por otro lado, la casi completa falta de explicaciones hacia los misterios que se presentan puede desalentar a una parte del público, que ve como se le ponen ante los ojos un rico universo sobre el que se pasa de puntillas, ya que todo gira en torno a la lucha de los protagonistas por sobrevivir. Con varios títulos anunciados en un futuro cercano, es de esperar que algunas de las dudas queden resueltas en próximas lecturas o, como en la polémica Prometheus, todo quede, por así decirlo, en el aire.
Deja un comentario: