El hombre que ahora escribe sobre esta película no se ha leído el susodicho así que sólo podré hablar sobre el relato audiovisual y no sobre el novelesco. Pero para aquellos que se lo hayan leído, vayan al cine esperando ver otra cosa diferente, quizá así no se decepcionen tanto.
«Leí el libro cuando era solamente un manuscrito e inmediatamente pensé que había un concepto muy intrigante en él. No podía ser clasificado en un genero único…» Las palabras del productor Nick Wechsler, quien leyó el libro antes de publicarse, como su compañero Joel, nos introducen sobre lo que trata. A priori nos topamos con una historia de amor más. Y viéndola desde esta perspectiva, no es sino otra más del montón. Del montón porque hay muchísimas películas de este género, algunas con más o menos calidad. Dentro de este género hay híbridos, fusiones con comedia o con drama. La fusión dramática es la que nos encontramos aquí. Pero no es sólo amor lo que emerge del relato de Niffenegger y de Rubin. Los viajes en el tiempo hacen que nos topemos con un relato con toques de ciencia ficción, y esto es lo que hace diferente y profundamente interesante a la película. Ya que, si la vemos como una película romántica más, no destaca; pero sí lo hace, aunque no mucho más, si lo vemos como lo que es globalmente, un relato de amor-ciencia ficción. Tiene muchos parecidos con Ghost, aquella emotiva historia que tantos sentimientos desprendía.
El proyecto se vinculó a grandes nombres como Bratt Pitt o Steven Spielberg. Finalmente recayó en el director Robert Schwentke, alemán nacido en la bella ciudad de Sttugart, de corta carrera filmográfica, cuyo trabajo más conocido es Plan de Vuelo: Desaparecida, con la de extraña faz, Jodie Foster y Sean Bean entre otros. En Más allá del tiempo muestra su talento para crear un relato bien estructurado que no aburre y con unos personajes cuya cualidad más sobresaliente es la ternura. La pareja protagonista es Eric Bana y Rachel McAdams, recientemente vista al lado de Jude Law y de Robert Downey Jr. en Sherlock Holmes, alias aventuras trepidantes en Londres. También apareció como protagonista en la ya nombrada El diario de Noa. Tengo que decir que en el remake del detective británico no me gustó demasiado, pero en esta otra, destaca sobre todo su dulce voz (al menos en la versión original) que dota de personalidad al personaje y la confiere de un aura de ternura con el que atrapa a Henry. Este está algo por debajo de su compañera de trabajo; le falta emotividad, y hace que pensemos que se vea mejor en papeles como en Troya o Black Hawk Derribado. Aun así hacen buena pareja, aunque es ella quien lleva el ritmo de la relación.
Tiene momentos interesantes. La estructura de la película esta construida de tal forma que veamos como la vida de Henry es un caos antes de encontrarse finalmente con su amada, y una vez producido este encuentro, ella hace de asidero para Henry. En verdad, hay veces que necesitamos algo a lo que amarrarnos para poder seguir un rumbo fijo. A veces es el amor, otras la fe, y en otras ocasiones, la venganza es la que hace que podamos avanzar con paso firme, como bien sabe el amigo Tarantino.
Es curioso y atrayente, como superan las situaciones dadas a causa de los viajes temporales. Esto es lo que hace diferente a este relato. Junto con unos personajes fácilmente amables y tiernos, hace que estemos ante un bello film, que sin ser una obra magna digna de verse por dioses, sí lo pueden ver los simples humanos. Otra vez, una película americana del montón supera a todas las españolas del pasado año (menos a dos).
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