Doctor Strange en el Multiverso de la Locura

Doctor Strange en el multiverso de la locura: La hora Raimi

La salida de Scott Derrickson tras su buen hacer en Doctor Strange (2016) y el fichaje de Sam Raimi como su sustituto (que, recordemos, concluyó su aventura arácnida [2002-2007] con luces y sombras) generó no pocas dudas y muchísima incertidumbre. No en vano, en Marvel Studios ya habían tenido experiencias de todo tipo al respecto: desde decepciones como Thor: El Mundo Oscuro (Patty Jenkins dio paso a Alan Taylor) a sustituciones que marcarían un antes y un después en el género (¿quién se acuerda de Josh Whedon después de lo logrado por los hermanos Russo en el UCM?). Pero el realizador de Michigan quería demostrar muchas cosas.

 

 

Doctor Strange en el multiverso de la locura tiene mucho de reafirmación y de rebeldía por parte de Raimi, de señalar que sigue siendo un director a tener en cuenta; pero también tiene mucho de declaración de intenciones por parte de Kevin Feige y Marvel Studios, discutidos siempre por no dar libertad a sus creadores. En ambos sentidos, el golpe sobre la mesa que da la película es contundente. La escena con la que abre el filme, tan mundana en términos superheroicos como lo puede ser una boda a la que el protagonista asiste como invitado, tiene inequívocamente el sello de Sam Raimi con un uso de los zooms y de los planos aberrantes que subraya quién está detrás de las cámaras. A partir de ahí nos adentramos en la locura.

 

Porque ¿qué podemos esperar de un cineasta como Sam Raimi? Exacto. Una propuesta de un estilo cartoon muy marcado, gore festivo y mucho terror. La dinámica Strange – América (Xochitl Gomez es ideal como la -futura- joven vengadora, cuyo origen es muy similar al de su versión comiquera), que guarda ciertos paralelismos con la del hechicero y Spiderman en No way home (2021), rebaja un punto el tono del filme, pero la oscuridad es la nota dominante de la película. Así, títulos como Arrástrame al infierno (2009) o El ejército de las tinieblas (1992) sirven como termómetro perfecto para saber qué esperar de Doctor Strange en el multiverso de la locura: una simbiosis entre los modos Marvel y el universo de Sam Raimi.

 

 

En este sentido es llamativo lo bien que engarza la propuesta de Saimi y Michael Waldron (el guionista) con el trabajo de Jac Schaeffer como showrunner de Bruja Escarlata y Visión (2021), porque esta segunda entrega de las aventuras de Doctor Strange puede (y debe) considerarse como una secuela directa de la exitosa miniserie de Disney+. Con Vengadores: Endgame (2019) y Doctor Strange funcionando como contexto, es la serie protagonizada por Elizabeth Olsen la que marca el rumbo de esta película. La conversión de Wanda en la Bruja Escarlata y la búsqueda iniciada por la misma al final de su serie es la chispa que prende en esta aventura. La oscuridad, pues, no está solo en el plano visual o de género, sino que el propio argumento toma un cariz dramático, consecuencia de los hechos acaecidos en la mencionada serie. Doctor Strange en el multiverso de la locura es un relato que ahonda en los conceptos de la pérdida y el sacrificio.

 

Labor dura la de Waldron, que además tiene que enganzar el viaje de Wanda y de Strange (que carga con sus propios remordimientos y errores) con la caja mágica que resulta ser el multiverso, una puerta a miles de realidades alternativas, banco de pruebas imposibles y lugar tanto de descubrimientos como donde perderse sin remedio. Desde que Endgame abriera dicha puerta diferentes proyectos han coqueteado con el multiverso desde diferentes prismas, cada uno aportando sus propias ideas sobre sus reglas y funcionamiento. Doctor Strange en el multiverso de la locura no es una excepción. Es más, profundiza de tal manera que no solo cumple los sueños húmedos de una parte importantísima del fandom, sino que invita a revisitar la Marvel cinematográfica con otros ojos y apunta a enrevesados conceptos de las viñetas con el inconfundible sello de Jonathan Hickman, ¿es este el punto de partida para unas futuras Secret Wars?.

 

 

A su manera, Doctor Strange en el multiverso de la locura juega con la noción de la hora de las brujas de diferentes maneras. No solo es el momento en el que demonios y brujas son más poderosos o cuando la magia negra es más eficaz, que suele coincidir cuando los ignorantes humanos dormimos, sino que en términos de metaficción, se transmuta en la hora Raimi, dos horas para ser exactos.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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