La Voz Dormida

La Voz Dormida: Necesario y sentido homenaje

A partir de la novela homónima de Dulce Chacón, Benito Zambrano nos regala un sentido homenaje a todas las mujeres que sufrieron el acoso y la persecución del régimen franquista ya fuera por su ideario político o por la desdicha de estar en el lugar equivocado. Según plantea la película, los motivos para encarcelar y condenar a estas mujeres muchas veces no se sostenían, eran simple y cruel ensañamiento con los vencidos.

 

Hay que dejar claro el carácter panfletario de La Voz Dormida. Tiene un discurso muy definido desde el principio y va con él hasta el final, algo totalmente lícito (tal como hiciera Encontrarás dragones por los sublevados). La película no busca dar una lección de historia, sino que quiere contar su historia desde una visión de izquierdas, para lo bueno y para lo malo.

 

La Voz Dormida

 

Lo que sí se le podría reprochar a Zambrano dentro de esta mirada sesgada de nuestro pasado es que se excede con los tópicos y el maniqueísmo. unos son muy malos y están dibujados como auténticos villanos y otros son sufridores y muy buenos. Así, es comprensible que ciertos sectores de esta acomplejada España se escandalicen. Pero, por suerte, esta película no está dirigida para ellos, sino para aquellos que comulguen con el director sevillano y para todas las mujeres. Porque, y es preciso insistir en ello, La Voz Dormida es un homenaje a la mujer, tal como lo fueran Libertarias o Las 13 rosas. En un momento muy convulso de nuestra historia reciente las mujeres tuvieron un papel destacado y por desgracia nunca se les ha reconocido lo suficiente. Zambrano intenta poner su granito de arena para remediarlo.

 

Con dos extraordinarias actrices llevando todo el peso de la historia, La Voz Dormida nos presenta la lucha de dos hermanas por sobrevivir en la inmediata posguerra. Una, Inma Cuesta, tiene un fuerte compromiso político, está presa y embarazada; la otra, María León, llega de Córdoba para estar junto a su hermana, pero no le interesan estas luchas ideológicas. El drama que envuelve a ambas pretende conducirnos por un torbellino de emociones, no quiere que nos quedemos impasibles frente a la pantalla. A veces peca de sentimentalismo, pero esto no deja de ser inherente a cualquier melodrama. Y este es uno que, además, está bien construido, sabe cuando apretar al espectador y cuando darle un respiro.

 

La Voz Dormida nos recuerda que el cine no es solo evasión y entretenimiento, sino también emoción y compromiso.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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