Solos

Solos. Tomo 3: Misterio para todas las edades

SolosLa exitosa obra de Fabien Vehlmann (guion) y Bruno Gazzotti (dibujo) llega de nuevo a nuestras librerías con un tercer tomo que explora las consecuencias del gran interrogante descubierto en el anterior volumen, arroja nuevos misterios y confirma que la calidad no está reñida con la edad del público objetivo.

 

Vehlmann y Gazzotti se ponen un reto de enorme envergadura porque, después de revelar la gran cuestión que servía de mcguffin de la historia, ¿qué interés podría tener? Los autores se esfuerzan en profundizar en sus jóvenes protagonistas y logran mantener la atención del lector de principio a fin sin que ésta decaiga en ningún momento. En un mundo en el que unos infantes se embarcan en la aventura de sus vidas cuando descubren que han desaparecido todos los adultos, superado el impacto inicial, es hora de descubrir de qué pasta están hechos los personajes. Y a eso es a lo que se dedican nuestros autores con un tercer volumen el tono se torna más oscuro, e incluso violento, a causa de la senda que han ido tomando los acontecimientos hasta ahora.

 

Los jóvenes personajes se han convertido en unos auténticos supervivientes y esa supuesta barrera que genera su corta edad ha desaparecido por completo, haciendo de Solos una lectura imprescindible para gente de todas las edades. Quizás esta sea la verdadera clave del éxito del cómic, como ocurre en el campo de la animación con Pixar, trata a los jóvenes como personas, sin condescendencia hacia ellos ni considerándolos idiotas. Y al público adulto le da la suficiente profundidad como para atraer su atención de forma amena.

 

Resulta muy interesante también la forma en que Vehlmann va presentando la información, sin revelar más de la cuenta y plantando los giros y sorpresas en el momento adecuado. En este sentido la estructura de la obra tiene un claro componente serial (de hecho, no hace falta más que acercarse a su primer volumen para darse cuenta de las referencias con las que trabaja) y poco o nada tiene que envidiar a las producciones millonarias que encontramos en la televisión actual. Como los buenos misterios, Solos cocina sus intrigas a fuego lento pero con mimo, logrando un resultado excelso, del gusto de los paladares más exigentes.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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