«Regresemos a Hole«

Viendo la cantidad de tramas que parecen a punto de aclararse al final de estos dos nuevos tomos de Dorohedoro publicados por ECC cualquiera diría que estamos cerca del final de la serie y no en el noveno de los veintitrés tomos actualmente publicados en Japón (y sumando, que la colección sigue abierta en el país del sol naciente). Pero es que lo cierto es que en apenas dos tomos han ocurrido muchísimas cosas que amenazan con cambiar radicalmente el ecosistema establecido en el manga de Q-Hayashida. Los personajes de esta mangaka siempre han estado muy vivos y parecen desarrollarse más allá de los planes de la autora. El resultado es que uno nunca sabe hacia dónde nos va a llevar una trama y que hasta la broma más tonta de un capítulo suelto puede tener un peso determinante en el desarrollo de la trama.

Así, mientras que la identidad de Caimán antes de perder literalmente la cabeza se va esclareciendo a partir de un giro que no nos esperábamos, también comienza a arrojarse algo de luz sobre el misterioso líder de los ojicruz que se enfrentó a En años atrás. Hablando de En, ya sabemos que ahora existe un fuerte vínculo entre éste y Nikaidô que amenaza con destruir la amistad entre la maga del tiempo renegada y Caimán y en estos números vamos a saber más cosas acerca de esta unión y sus consecuencias. También descubriremos algo sobre el pasado de esta chica y sus misteriosos poderes y se aclarará su relación con el demonio Asu, que les salvó la vida al final del séptimo tomo de la colección. Más aún, conoceremos a la mujer del profesor Kasukabe y nos quedaremos muy cerca de descubrir la verdadera identidad del asesino de Risu.

«Decidí entrenar más para llegar a dominar mi magia«

El tema es que cada respuesta que se nos presenta en Dorohedoro no es sino una puerta a un millar más de preguntas. ¿Qué será de Asu tras haber ayudado a la pareja protagonista? ¿Se puede romper el contrato entre Nikaidô y En? ¿Qué misterio hay detrás de la extraña relación entre Kasukabe y su esposa, de la que ha tomado prestado el nombre? Y seguiría así durante párrafos y párrafos, porque la autora sabe muy bien como mantener nuestra atención y en esta dupla de tomos sólo nos ofrece lo que le parece estrictamente necesario y, aunque todo parece cerca de aclararse, también da la impresión de que encontrar todas las respuestas que buscábamos sólo nos dejará clara la línea de salida para la siguiente carrera de obstáculos que se le ocurra a la mente detrás de esta pequeña maravilla en forma de manga.

Dorohedoro #9

No me extraña que haya logrado finalmente una adaptación al anime, los personajes de Dorohedoro desprenden carisma a borbotones y la historia es una de las más originales que he leído en tiempo. Con todo, va a ser todo un reto trasladar a la pantalla un cómic como éste, con un dibujo tan peculiar y una tendencia al ‘feísmo’ a la que uno se acostumbra (y llega a apreciar) en el manga, pero que difícilmente se podrá ver igual en nuestros televisores y resto de dispositivos. Aún así, es un reconocimiento merecido a la fantástica obra de una mangaka a la que apenas conocíamos y que lleva maravillando en tierras niponas con este título desde hace ya casi veinte años.