«Mis articulaciones estaban bloqueadas, como si estuviesen selladas con cemento«

Más allá de la colorida galaxia de superhéroes con los que ECC nos deslumbra mes a mes, la editorial catalana va haciendo crecer poco a poco su catálogo de cómics de autor y en este aspecto ha demostrado tener un olfato exquisito en más de una ocasión. Esta vez, los editores dirigen sus narices de sumiller hacia una idea loca de Steve Niles y Bernie Wrightson, que entre 2008 y 2010 trataron de recuperar de alguna forma las viejas historias de cómic de serie B en tres breves seriales (de tres números cada uno) y que años más tarde han quedado recopilados en este gigantesco tomo que la casa pone a la venta por 18 eurillos, para que la cuesta de enero no se os haga tan… monstruosa.

Comienzan Niles y Wrightson con una escena que nos suena a todos: en ella el detective se despierta bien entrado el día en una cama barata, completamente vestido y con varias botellas vacías a su alrededor. Casi podemos oler el tufo que desprende su abrigo, mezcla de tabaco, alcohol y otros malos hábitos. Pero entonces el guionista le da una vuelta al argumento que va a significar el tono general de esta obra, a medio camino del thriller detectivesco y la noveleta de ciencia ficción barata, de la primera y hasta la última de sus más de doscientas páginas.

«¿Cubrirme las espaldas? Me basta con que no te pongas en medio«

Poco se puede añadir sobre estos dos creativos. A Niles lo conoceréis sin duda por su aclamada obra de terror 30 Días de Oscuridad y a Wrightson, aparte de por su participación en Batman: La Secta (uno de los pilares sobre los que los Nolan construyeron su Caballero Oscuro: La Leyenda Renace) se le conoce mundialmente por su increíble aportación al género del cómic de terror y por la creación, junto a Len Wein, de La Cosa del Pantano, que él mismo seguiría dibujando durante años. Esta pareja, mezcla humor, gore, acción (al más puro estilo Hellboy) y misterio en tres historias que vienen muy bien para las frías tardes de invierno en las que nos encontramos ahora mismo enterrados.

Monstruosidades

El cuidado estilo artístico, el carisma arrollador de los personajes, la velocidad de las tramas… Todo en este tomo destila la enorme carga de experiencia de sus creadores y la naturalidad con la que estos guiones cobran vida en sus manos. Monstruosidades se puede disfrutar como una ventana abierta al pasado, como un museo sobre los usos y artes de una especie en peligro de extinción y como un manual de lo que debe y lo que no debe hacerse por parte de las editoriales. Puede que de Wrightson todo el mundo señale su colección de láminas sobre Frankenstein como el punto culmen de su carrera, pero no es este trabajo, sino la suma de todos ellos lo que hace de este dibujante todo un experto en el terreno del cómic de miedo. Lo mismo pasa con Niles, cuyos vampiros le dieron la fama, pero que llevaba mucho trabajo de antes y no ha parado desde entonces de tratar de mejorar en su arte. El trabajo de IDW al respecto, dando a ambos genios la oportunidad de trabajar juntos de nuevo en un proyecto personal y diferente a todo lo que podemos ver en el panorama actual del cómic, es el que ha llevado a esta casa a situarse como una de las de mayor crecimiento en los últimos años en Norteamérica.

Monstruosidades es una obra divertida e inquietante de leer. Todo un regalo que ECC pone en nuestras librerías para ayudarnos a desarrollar nuestro olfato por el buen cómic norteamericano.