Superman

Diego Matos: «El concepto mesiánico de Superman estaba ahí casi desde el principio»

Salmantino, periodista, experto en comunicación y cercano a la treintena, Diego Matos responde a nuestras preguntas sobre Superman a propósito de El Primer Superhéroe, el completísimo estudio sobre El Hombre de Acero que ha publicado en Dolmen codo con codo con Mariano Bayona. Ahora que Superman está en boca de todos por la reciente película de Zack Snyder (y la futura en la que compartirá protagonismo con Batman) Matos no se corta y nos da su opinión sobre cómics, cine, religión y capitalismo.

 

Pregunta: El Primer Superhéroe recoge un volumen de datos excepcionalmente alto sobre El Hombre de Acero, ¿cómo ha sido el proceso creativo que ha llevado a la redacción de vuestro libro?
Respuesta:
El proceso creativo y de elaboración de este libro es algo diferente. No nos hemos dividió las partes ni nada por el estilo, sino que hemos usado las mismas rutinas de trabajo que en nuestro anterior publicación El Antifaz del Guerrero (Dolmen, 2012). Mariano, como ávido coleccionista y aficionado de todo lo relacionado con Superman desde hace mucho tiempo, venía volcando sus conocimientos en una serie de páginas web. Allí escribía, investigaba y compartía su experiencia. Desde Dolmen llegaron a un acuerdo con él en relación al contenido de las páginas sobre el Guerrero del Antifaz y contactaron conmigo para que cogiera ese material, añadiese, organizase y completase, convirtiéndolo, al final, y con total libertad, en un libro. No lo dudé y me puse con ello. El resultado final fue muy satisfactorio para todos y al terminar ese proyecto, escribiéndonos Mariano y yo por correo (ya que no nos conocíamos en persona), él me preguntó si me apetecía hacer algo similar con Superman. Llevaban tiempo animándole a hacer algo con sus trabajos sobre el Hombre de Acero y pensó que ése era el momento, dado que le había gustado cómo había quedado el libro El Antifaz del Guerrero. Le dije que sí al instante y nos pusimos manos a la obra. Mariano entonces me mandó una especie de mapa con las urls de sus páginas explicándome qué contenían. Las revisé, pensé en un esquema atractivo y empecé a buscar documentación bibliográfica en libros, revistas, en la web… leí entrevistas a autores y fui deliberando qué apartados me apetecía resaltar (me interesa mucho todo lo relacionado con la creación de personajes, los iconos, las relaciones entre periodismo y cómic…). Así se fue formando el libro, con los materiales de Mariano y los míos, confluyéndose en un todo. Hay datos de sus investigaciones, de sus lectores, de su experiencia como coleccionista, y datos de mis investigaciones, de mis lecturas, de mis inquietudes. Vertimos nuestros conocimientos mutuos y le di forma. Además hay muchas imágenes curiosas, varias de ellas escaneadas de su colección. Y por si esto fuera poco, Mariano también se encarga del prólogo, un principio repleto de recuerdos y de anécdotas de todos estos años compartidos con Superman. Un genial comienzo para el libro.

Superman: El Primer SuperhéroeP: Le dedicáis mucha atención a todas las disputas legales que han rodeado al personaje. ¿Qué supone para un par de jóvenes que están empezando en el mundo del cómic que su personaje de repente llene las páginas de las revistas? ¿No da la sensación de que les pudo la codicia?
R:
Le dedicamos mucho espacio y atención al caso Superman porque fue algo muy sonado y todo el tema de los derechos de autor, en este medio o en otros, tiene mucho interés. Es un tema arduo que ha trascendido hasta nuestros días. En 1938, los dos creadores de Superman eran jóvenes que sólo querían ver publicadas sus historietas y que sus personajes gustaran a los lectores. No eran conscientes de la repercusión que Superman tendría. Para ellos supuso, al principio, una grandísima alegría que su personaje llenase páginas de revistas, que se hicieran seriales radiofónicos y que se preparase todo tipo de merchandising (incluso hicieron diseños para ello). Pero ese particular sueño americano se convirtió en pesadilla. Al principio eran autores muy bien pagados, aunque estamos hablando de cantidades minúsculas teniendo en cuenta los beneficios que generaba el personaje. Por eso demandaron a la editorial y lo que consiguieron fue que sus nombres desapareciesen de  las aventuras de Superman. Luego lucharon y lucharon. No es un caso de codicia, porque al final lo que ellos demandaban eran sus derechos, sobre todo el de paternidad de la obra, que ese nunca se pierde. Lo que querían, por encima de todo, era que sus nombres volviesen a estar asociados al personaje. Era su trabajo y era su personaje.

 

P: Superman Returns fue denostada tanto por la crítica como por el público, significando un frenazo en el relanzamiento del superhéroe que no ha podido retomarse hasta este año. Sin embargo El Primer Superhéroe sale en defensa del filme de Bryan Singer, ¿cuáles son los motivos de este nadar contracorriente?
R:
Superman Returns no creo que, a día de hoy, sea una película tan denostada como afirmas. Lo que sí ocurre es que no llegó a cubrir las expectativas que se habían creado en torno a ella. Bryan Singer, que es un grandísimo director, tomó la decisión de realizar un filme continuista, que recogía bastante bien la esencia de, sobre todo, las dos primeras películas del Superman clásico. Incluso se buscó un actor, Brandon Routh, que se parecía bastante al icónico Christopher Reeve. Era una película que no rompía y que no casó con el gusto del público actual. Aún así, es una película muy digna, con una historia interesante, un elenco solvente que realiza unas interpretaciones acordes a la herencia de esos papeles. Es una película de homenaje continuo. Se nota que Singer amaba los personajes y conocía las películas de Richard Donner. Nosotros, en el libro, no nadamos contracorriente, simplemente aparece reflejado todo esto.

 

Superman

 

P: Este verano se ha estrenado El Hombre de Acero, de Zack Snyder, y eso significa una nueva reinterpretación del héroe. ¿Qué opinión os merece este nuevo paso de Superman por la gran pantalla?
R:
Pues tanto Mariano como yo coincidimos en que esta nueva película nos ha gustado. Creo que Zack Snyder (acompañado por Nolan y por Goyer) ha aportado al universo cinematográfico del Último Hijo de Krypton un filme que no da tregua al espectador. Rápido, repleto de acción (excesiva, según algunos, pero disfrutable a más no poder), con todos los ingredientes de los buenos blockbusters veraniegos. Man of Steel se centra en Clark y en Kal. Es una nueva historia de origen y pone hincapié en el sentimiento de soledad de alguien que sabe que es diferente, de alguien que se considera el otro, el extranjero… un visitante de más allá de las estrellas. El ritmo es endiablado, sin pausa, sin tregua. Con un reparto impresionante, entre los que destacan Russell Crowe y Michael Shannon. Combates de infarto y escenas meditativas, todo ello desde el prisma de Snyder, que ya tenía experiencia con adaptaciones de cómic (300, Watchmen), en un intento de darle al conjunto una patina de realismo. Una nueva historia de origen, un reinicio con un enfoque nuevo, en un producto que no es perfecto pero que sí es una gran base sobre la que seguir construyendo. Y Henry Cavill ha nacido para ser Superman, de eso no hay duda.

 

P: Tras la reinvención que ha supuesto el Nuevo Universo DC, se ha modernizado y acercado a la actualidad a la práctica totalidad de los personajes de la editorial ¿Qué aporta Grant Morrison al personaje en esta nueva etapa?
R: Grant Morrison
es un tipo muy peculiar. Como guionista siempre ha tenido una particular manera de escribir, de narrar, que puede gustar más o menos, pero que desde luego nunca deja indiferente. El reboot del Universo DC fue una estrategia de marketing enorme; una forma de acercarse a los nuevos lectores, sí, pero también una manera de mantenerse en el candelero. Y lo consiguieron. Pero lo difícil es continuar ahí. El anterior acercamiento de Morrison al personaje fue en la miniserie All-Star Superman, que es una de mis favoritas. Allí sí que aportó nociones interesantes al personaje. Creo que es una de las mejores historietas de Superman de los últimos tiempos. Después, en Batman ha realizado una etapa muy laureada, con momentos brillantes. Todo auguraba que su paso por la nueva versión del Hombre de Acero sería memorable… pero no ha sido así. Lo primero que se aprecia es que este nuevo Superman no es el Superman de All-Star, es un héroe más joven, impetuoso, con un atuendo diferente. Las expectativas eran altas y no se terminan de cumplir. De todas formas, el guionista de Glasgow tampoco defrauda del todo y hay ideas que merecen la pena, como en todo.

 

All-Star Superman

 

P: Superman como un simple alienígena con superpoderes o como un ente divino que viene a salvarnos a todos. Las recientes comparaciones con Jesucristo y la vertiente que le asemeja a un nuevo dios norteamericano, ¿sería del agrado de sus autores que, como bien sabemos, eran judíos?
R:
Es complicado saber si las comparaciones con Jesucristo les gustarían a Jerry Siegel y a Joe Shuster, aunque el concepto mesiánico del personaje estaba ahí casi desde el principio. Es cierto que cada vez se ha destacado más y en la película Man of Steel se dejan muy claras esas reminiscencias, como la de tener los mismos años. Lo que sí está claro es que Superman en particular, y los superhéroes en general, se han transformado, con los años, en adalides de una suerte de nueva mitología. Se reconocen sus poderes, como se hacía con los de los dioses griegos, por ejemplo, y también sus icónicos atuendos. Hablamos largo y tendido de ello en la parte final de nuestro libro Superman, el primer superhéroe.

 

P: En Superman: Hijo Rojo, Mark Millar presenta la historia del superhéroe si hubiera caído en la Tierra en territorio comunista. ¿Es Superman un elemento propagandístico del mundo occidental y del capitalismo?
R:
Superman es uno de los iconos más representativos del siglo XX. Su indumentaria, su capa (que a veces tiene ganas de «colgar», pero siempre decide seguir con sus «obligaciones»), sus colores, su «S» en el pecho, todo en él es reconocible. Preguntes a quien preguntes sabrá decir algo sobre Superman. Se le reconoce por encima de todo. Cuando algo trasciende del medio en el que nació y se transforma en un icono cultural ya juega en otra liga. Superman representa el american way of life, pero va más allá. Clark Kent, con su anodina apariencia, su oficio de periodista (siempre asociado a la búsqueda de la verdad), representa a todos y a cada uno de los lectores. Todos podemos ser Superman, occidentales y orientales, capitalistas y comunistas… judíos, cristianos. Superman es un icono que ha trascendido, un icono mundial, hasta el punto que ha habido ediciones de Superman en muchísimos países (también se mencionan varias de ellas en el libro). Superman es universal.

 

P: Superman representa los valores que el superhéroe ideal debe poseer, mientras que Batman es un multimillonario que posee una mente trastornada. Uno lucha por el bien de la Humanidad, mientras que el otro simplemente se cobra su venganza. ¿Sería Wonder Woman un punto intermedio entre estos dos extremos, que son a la vez los dos grandes pilares de DC?
R:
Superman es el héroe luminoso, el Gran Boy Scout azul, el luchador de los oprimidos. Su símbolo, la «S» del pecho, significa «esperanza». A cara descubierta, honesto, bondadoso, limpio… Y Batman es oscuro, oculto entre las sombras, aunque más que buscar venganza lo que quiere es hacer justicia, que lo que le ocurrió a él, la tragedia de la muerte de sus padres, no vuelva a ocurrirle a nadie. Ahí radica su cruzada. Son las dos caras de la misma moneda. Wonder Woman es el tercer vértice, el tercer elemento de la «Santísima Trinidad» de DC Cómics, pero no estoy seguro que sea el punto intermedio. Más bien representa el icono femenino. Una de las primeras superheroínas, contrapunto de los héroes masculinos. Aunque no es un personaje que represente el gris. En realidad ni Superman es un personaje blanco, ni Batman es un personaje negro. Más bien los dos están en esa escala de grises en la que se mueven los buenos personajes. Y pensándolo bien la Princesa Diana también se encuentra en esa escala.

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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